Veámonos de nuevo en el mismo lugar, usando los mismas palabras mágicas para adivinarnos, con ese misterio casual de los que se conocen por primera vez.
Veamonos desde la distancia, evaluemos nuestra manera de caminar, nuestra forma de vestir, nuestros peinados. Tengamos esa primera conversación que jamás logramos repetir con alguien más; digamos las mismas palabras, una y otra vez.
Mantengamos bien alta la expectativa del próximo encuentro. Permíteme ser tu acompañante en el concierto de rock aquel, no porque fuera fan del género sino porque era mi excusa favorita para verte. Déjame llevarte helado en tus días de sangrado menstrual para endulzarte la sensibilidad emocional. Déjame conocerte mucho más, permíteme saber cuál es tu visión de las cosas.
Déjame ir empapándome de ti, permíteme hacerme dueño otra vez de tu corazón, como lo hizo aquel muchacho que conociste hace unos años atrás. Déjame tomarte de la mano y darte un beso en la frente para prometerte que más nunca me iré de tu vida.
No sabes cuánto daría por vivir todo eso de nuevo y más, ¡Cuánta falta nos hace!
La monotonía y la rutina y nos ahoga. Nuestros encuentros íntimos han dejado de ser lo mismo. Ya hemos perdido hasta los temas de conversación, ¿Qué nos pasó? ¿Por qué nos pusimos así?
Bien sabes que eres el amor de mi vida y nada ni nadie puede sustituir ese lugar privilegiado en mi corazón, pero tengo que decirte que quiero vivir lo mismo de antes, o sea, repetir el mismo guión bonito y cursi, porque siento que he olvidado cómo fue amarte por primera vez.
Nunca es tarde para ser jóvenes de nuevo, porque si bien la mente cambia, el corazón siempre permanece idéntico, latiendo fuerte por los detalles.
Y así, quiero estar de nuevo en ese lugar especial para entregarte la misma rosita y pedirte que seas mi novia, otra vez, para sellar nuestro amor con beso. Necesito reconectar con aquel hombre romántico y tierno que fui y ya no sé donde está.
Necesito ser yo otra vez, pero no me consigo… ¿Me ayudas con eso? ¿Empezamos de nuevo?