¿Qué pretendías? ¿Que me quedase a tu lado aguantando tus berrinches, caprichos e indiferencias? Si usted no supo valorar lo que tuvo a su lado, pues no llore cuando lo vea partir. Tenga los pantalones para asumir la responsabilidad de sus acciones y no suplique cuando, en brazo de otro hombre o quizá, en brazos de la soledad, me vea más feliz de lo que nunca llegué a estar contigo.
Incluso, mis peores momentos al lado de alguien que sí me valore, serán mejores que los momentos más alegres a tu lado. Porque cuando empiezan a apartarte, a dejarte como plato de segunda mano, empiezas a notar que esos defectos que una vez aceptaste amar, en realidad son demasiado grandes para cualquier corazón que se respete, incluso un poquito.
Valórame ahora que para mañana es tarde.
Valórame ahora, porque yo no dudé en valorarte a ti.
Valórame ahora, porque cuando me veas a kilómetros de distancia y despiertes de ese sueño donde creías que nunca me iba a cansar de ti, te darás cuenta lo mucho que has perdido.
Valórame ahora, antes de que alguien más lo haga.
Valórame ahora, porque incluso la soledad, es mejor compañera de lo que tú alguna vez fuiste.
Valórame ahora, porque nadie, soportará tus defectos y más feos hábitos como yo lo hice.
Valórame ahora, porque de lo contrario, tendrás que aprender a valorar mi ausencia.