Aquellas mujeres fuertes, verdaderas y valientes no poseen miedo al tener que estar sola. Han pasado por tanto en la vida que saben que la única manera de hallar la felicidad es construyéndola por su propia cuenta.
Puede que creas que es mucho más sencillo platicar sobre mujeres fuertes que ser verdaderamente una mujer fuerte. Sí, quizá así sea. Para serlo requiere coraje y voluntad para pelear por aquello que mereces, para no conformarte con lo que te va quedando en el trayecto.

Cuando se trata de relaciones de pareja, las mujeres fuertes no van a simular un amor fantasma. Ellas ya no están para tener un amor a medias.
Las mujeres fuertes saben muy lo valioso que es su tiempo y se niegan a desperdiciarlo en aquellos seres que ni siquiera se toman la molestia en respetar ese tiempo.
Las mujeres fuertes poseen sus propias normas. Analizan con mucha precaución lo que quieren y colocan límites y nunca permiten que nadie los pase.
Las mujeres fuertes conocen bien que la felicidad la se consigue en el interior de sus corazones y no en una relación totalmente superficial.

Las mujeres fuertes no miran las relaciones amorosas como un modo de sentirse seguras y tranquilas estando apoyadas en una persona más. No. Ellas consideran las relaciones de pareja como un desafío de vida.
Es por ende que estas maravillosas, hermosas e intrépidas criaturas no pierden su tiempo con idiotas totalmente inmaduros, groseros y arrogantes. Ella prefiere pasar su vida sola, fomentando su crecimiento espiritual y sus sueños a estar siquiera un segundo atrapada en una relación completamente inmadura con una persona que la ve como un juguete que puede desechar.