Desde niños somos invadidos por muchas ideas, planes, objetivos que queremos lograr y ver cumplidos en ciertos momentos de nuestra vida. Pero en la lista de las cosas que deseamos para nuestra vida, se encuentra una que es muy esencial: encontrar a esa persona con la cual podremos compartir todos nuestros triunfos y fracasos.
Mientras transcurre nuestra vida, lo intentamos muchas veces, nos involucramos con diferentes personas a un punto sentimental y damos todo lo que tenemos apostando que allí es donde está nuestra verdadera felicidad. Pero suele suceder, que en los primeros intentos no conseguimos más que una terrible desilusión y tristezas.
Todo marcha como cualquier otro proyecto de vida, se piensa, se intenta, se tropieza, se cae, pero luego se pone de pies, y continua adelante ya que es lo que queremos y no estamos dispuestos a renunciar a la meta para nada. Obvio que con las emociones las cosas son un poco distinta.
Si aún no has encuentras a esa persona, puede que todo se deba a dos simple cosas, la primera es al temor. El temor, nos hace estar siempre alertas pero en ciertos momentos no hace desconfiar mucho que evitamos tratar nuevamente ya que creemos que de nuevo nos harán daño.
Y la segunda es el perfeccionismo. Somos seres que pensamos siempre estar en lo correcto, siempre estamos idealizando a las personas, por ende siempre de alguna forma exigimos ciertas cosas o cualidades con las que múltiples ocasiones ni siquiera contamos.
Es momento de dejar el temor y los prejuicios y abre tu corazón, pues hay una persona que está muy cerca de ti la cual espera con muchas ansias entrar en tu vida y amarte como te lo mereces.