Un beso es una acción agradable de realizar y más cuando lo hacemos con la persona que nos gusta. La sensualidad que producen los besos, la intimidad o el tacto convierten todo en un ambiente grato que uno no quiere olvidar.
Cuando nos besamos nos perdemos en el universo, nos sentimos como uno y todo lo de alrededor desaparece. Nos concentramos en el olor, la textura y nos dejamos llevar por esa emoción e intensidad.
Los besos también pueden servir como termómetros de la relación: si la pareja se besa poco, sin pasión o lo hace de una manera mecánica, o sea lo hace porque en fin, eso quiere decir que su relación no se encuentra bien y que hay algo que está haciéndoles perder el sentido de disfrutar ese momento.
Con un beso puedes saber el grado de vinculación que te encuentras con tu pareja. Porque ya sea la ausencia de beso o la pasión que se tienen al besar, será la respuesta de cómo se encuentra su relación amorosa.
¿Y para qué sirven los besos?
Existen tres teorías sobre el papel que tienen los besos. Una es que, ayudan la calidad genética de las parejas potenciales. Otra lo utilizan para aumentar la excitación, y la última es para mantener las relaciones estables.
Se realizó una investigación en la Universidad de Oxford en donde un total de 900 adultos respondieron a un exhaustivo cuestionario sobre la importancia que es el beso en una relación. Revelando que las mujeres consideran los besos más importantes en las relaciones que los hombres.
Besar adelgaza y rejuvenece
La experta Marisol Guisasola en su blog nos dice que el beso, además de actuar como “detector de parejas compatibles”. Un buen beso en la boca ayuda a quemar calorías, entre 2 a 6 minutos. Puede ser que no sea mucho, pero una vela de besos apasionados puede ayudarte a quemar esa copita de vino que te has tomado en la cena. Utilizando 30 músculos faciales.
Un beso intenso aumenta los niveles de oxitocina (hormonas que, ayudan a fortalecer los lazos entre parejas) y dopamina (sustancia química asociado al bienestar), y también, los de endorfinas, que ayudan a reducir el estrés y a mejor los niveles de bienestar, así como la testosterona en los hombres.
Guía del buen beso
Tomina Edmark nos dice en “El libro de los besos” que el beso puede ser un fin en sí mismo, poniendo condiciones para dárselo a la persona indicada.
1.- Elegir un lugar propicio: es mejor estar en un lugar privado; tranquilo mejor que ruidoso.
2.- Escoger el momento oportuno, en donde sólo importe los latidos del corazón.
3.- Que sea un beso suave, sin ningún apuro.
4.- Establece contacto visual con tu pareja, porque los ojos proporcionan datos vitales.
El beso es la acción más importante, ya se den con la boca, la mirada o la mente, como nos dicen en el poema de Gabriela Mistral: “Hay besos que pronuncian por sí solos la sentencia de amor condenatoria, hay besos que se dan con la mirada, hay besos que se dan con la memoria…”.