La esencia, el carácter y la personalidad, son cosas distintas. Entre estas, la única que no debe mutar es la esencia. El carácter, es quizá el rasgo que más transformamos al momento de lastimarnos. Es con dicho carácter que tomamos una actitud determinada frente a distintas circunstancias.
La personalidad, es la base del carácter. Dependiendo de ésta, tomaremos un tipo de carácter determinado frente a nuevas situaciones. Aclaro esto para que entiendas que, no está mal moldear tu personalidad y carácter, lo que estaría mal es que moldees tu esencia por lo que los demás te hayan hecho.
La esencia de la persona es aquello que les hace realmente única y es, por naturaleza, buena. Una persona sana mental y espiritualmente, tiene una esencia distinta a la de todos los demás, y se distingue de la personalidad en cuanto a que no sigue patrones de conducta sociales para crearse.
Nacemos con ella y nadie, ni siquiera nuestra familia, puede modificarla. Solo nosotros decidimos cuándo cambiarla, y es por esa cualidad tan especial y sólida, que nadie debe ser tan importante como para cambiar nuestra propia esencia.
De esta, podemos sacar cosas como nuestro talento, formas de ver el mundo, pasiones, maneras de amar, respuestas al ¿Quién soy en realidad? Etc. Todo ello lo hacemos con la esencia, no con la personalidad.
Por tal razón, es importantísimo que siempre predomine tu esencia sobre la de las demás personas. Puede que suene egoísta, pero es esa acción la que se conoce como amor propio, dignidad y auto respeto. Si alguien logra modificarla, significa que no tienes ninguna de las características mencionadas.