Las decisiones que tomamos mayormente no son nuestras, son impuestas por las personas que se encuentran a nuestro alrededor. Haciéndonos tomar decisiones que no nos gustan y mucho menos nos direcciona hacia nuestro camino.
Tenemos que hacernos responsables de nuestros actos y nuestro destino depende mucho de nosotros, es hora de tomar las riendas de tu vida y guiarla a lo que realmente quieres.
Recuerda que siempre estamos a tiempo de remediarnos y seguir nuestro propio camino. El pasado no puede frenarte, puede influenciar en tu vida, pero no lo define. Todo depende de que detectes la raíz del problema, enfréntalo y verás que empieza a fluir.
Ya basta de estar culpar al pasado por lo que te sucede en el presente. Y si eres incapaz de solucionarlo, busca ayuda profesional y verás que ningún complejo o trauma es insuperable. Tú puedes cambiar si te lo propones.
Al llegar al proceso de la adultez nos conlleva a madurar, crecer y cambiar. La etapa de adulto no debe ser negativa, debemos ser capaces de superar el pasado y cambiar las etiquetas que nos pusieron de niños. Nos puede costar mucho trabajo, pero a la larga, el pensamiento positivo lleva a un cambio proactivo y este hace crecer el amor propio y la aceptación. Eso significa dejar las malas experiencias en el pasado y hacerse responsable de uno mismo.
Existen personas que se escudan del pasado porque no tienen coraje para cambiar y asumir su responsabilidad como adultos.
Los miedos no son insuperables, aunque siempre es más fácil decir que así fuiste educado/a que enfrentar tu incapacidad o ignorancia. Recuerda que nadie podrá moverte de tu forma de confort más que tus propias acciones.
Tienes que superar los obstáculos que te frenan para seguir adelante, esto es algo que podría determinar tu existencia y nada es más cierto que esta afirmación: sólo tú eres dueño de tu propio destino.