Lo peor que puede vivir un ser humano es un rechazo, el dolor es tan profundo como si fuera un dolor físico. Sintiendo que eres la persona más desafortunada que existe en el mundo. Bajando así tu autoestima y los ánimos de querer seguir intentando luchar por ello.
Un estudio nos ha demostrado que se activa las mismas partes del dolor físico, cuando uno recibe un rechazo. En este estudio participaron 40 personas que habían sufrido una ruptura. Mientras se les enseñaba fotos de sus ex parejas le pusieron una resonancia para saber cómo reacciona el cerebro. Siendo también esas mismas personas sometidas a un dolor físico, comparándose ambas resonancias y llegando a la conclusión que se activa las mismas partes de la causa.
Podemos decir que una persona después de una ruptura puede quedar adolorida emocionalmente. El cuerpo se siente herido, desgastado, demostrando un defecto de angustia. El amor se ha vuelto una parte fundamente de nuestras vidas. Puede ser que uno tenga cambios de humor, obsesiones, cambios de personalidad, pérdidas de control, etc. Podemos decir que el amor viene a ser como una adicción.
El amor es un sentimiento que llena el alma, una emoción que profundiza el espíritu o también puede ser catalogado como una adicción biológica potencialmente dañina, estas definiciones son por parte de los biólogos, psicólogos, poetas y músicos. Un grupo de científicos realizaron un estudio donde utilizaron la resonancia con un grupo de personas para poder activar el cerebro y ver qué siente cuando se encuentra con el corazón roto. Muchos de estos sujetos, durante la resonancia, reportaron sentimientos de protesta, pasión, obsesión, ira, esperanza y desesperación. En ese momento el área que se iluminó del cerebro fueron las regiones límbicas asociadas con la recompensa y los mecanismos básicos de supervivencia. Observando también actividades en las regiones del cerebro asociado con la ganancia y la pérdida, la adicción y la regulación emocional.