“La soledad es el imperio de la conciencia”.
Gustavo Adolfo Bécquer
La sociedad ha moldeado al hombre para que observe a la soledad, como un mal, como un sinónimo de vacío y falta de amor hacia los demás. La sociedad, está errada.
Si bien es cierto que ningún hombre es ermitaño, es decir, que está destinado a vivir aislado de la sociedad, se puede reconocer que, dentro de la compañía de las grandes urbes, grupos de amistad e incluso parejas, debe existir un momento a solas.
Este momento no es simplemente para sentarse a divagar. La soledad es el medio por donde podemos conectar de manera directa con la conciencia sin que nadie nos interrumpa, sacando de este encuentro, grandes pensamientos y críticas constructivas sobre nuestro propio estilo de vida.
- La soledad puede curarse con una pareja: Ni la soledad es una enfermedad, ni las relaciones de parejas quitan tu condición de estar sola. Verás. Lo que muchas personas interpretan como “soledad”, es una sensación de vacío molesta que carcome nuestro estado de ánimo. Esta sensación de vacío es independiente de la soledad, ya que puedes tener cien conocidos y, aun así, sentirte vacía. Nunca busques compañía solo para quitar esa sensación, porque estarás con alguien no por el amor que te brinda, sino porque simplemente no sabes estar en soledad.
- La soledad no es buena para el alma: La soledad no es buena en la medida que no sepas amarte a ti misma. En tal caso, estar solo no es malo, lo malo es que no te ames lo suficiente como para estar tranquila contigo misma.
- De la soledad no aprendo nada: El mayor de los errores de las personas solitarias, es subestimar su propia condición. De la soledad puedes aprender, incluso, mejores cosas de las que puedes aprender estando acompañada. Quien se ama a sí mismo, reconoce que, en la soledad, puede tener un momento para conversar de manera íntima con su propia consciencia. Este momento es aprovechado en la medida que meditas sobre tus decisiones del día a día, sobre cómo te afectaron a ti y al resto, sobre cómo mejorar mañana y sobre cómo puedes evitar cometer los mismos errores.
La soledad es un regalo valioso que muchos no saben aprovechar. Úsala de forma sabia y recuerda que la mejor compañía que puedes tener, es la de tu propia consciencia.