Trátala bonito, que los corazones son frágiles.
Trátala como si no la fueses a ver más nunca al despedirse.
Trátala bien, porque es esa la mejor manera de demostrarle que le amas.
Trátala con amor, porque es esa la mejor manera de hacerla feliz.
Que no se pierda la costumbre de llevarle rosas, invitarla a una cena romántica y expresar lo que sientes por ella en una carta.
No caigas en el error de pensar que, porque ya está contigo, ella ya no requiere de atención especial.
No seas pendejo y busca conquistarla a diario, que a ella le gustan esas cosas, le enamoran y solo así te aseguras, de que ella sepa cuánto la amas.
Y disculpa la grosería, pero es que hay que ser idiota para privar de sus alas a la mujer que te ha enamorado con su vuelo.
Conquístala de noche prometiendo la luna que nunca podrás bajar.
Conquístala de día ofreciéndole el café que a ella de la cama logra sacar.
Conquístala en las tardes con un detalle mínimo, así sea un abrazo con un beso.
Conquístala en la madrugada pidiéndole que te acompañe en los sueños.
Conquístala, pues su sonrisa tiene el poder de llenar tu vacío,
Porque su risa dice más de su felicidad, que de tus angustias.
Conquístala con la mirada, porque para ella, tú siempre serás lo más hermoso que verá al despertar.
¿No me crees? Pues observa cómo te mira y entenderás, por qué no puede quitarte la mirada de encima.
Trátala como se lo merece.
Trátala con ese cuidado especial que a ninguna otra le dabas.
Trátala, sabiendo que, en cada beso, en cada abrazo, en cada te amo, en cada pequeña acción, ella te entrega el universo, esperando únicamente, que tú la trates como cuando la estabas conquistando.