Esta joven autora nos muestra en su poema un panorama íntimo y personal, llevando el sello único de su estilo, es un sentido transparente de la ficción y la realidad, para poder abrir paso hacia un mundo habitado por sus imágenes, lleno de delicadeza y una esencia amorosa y erótica.
Trágame, tierra
Trágame, tierra, porque quiero crecer en ti
trágame y sácame de aquí
pero sólo para ahorrarme la vergüenza y para hacer mi dominio
estoy al tanto de que no hay retorno ni emociones lacerantes
sólo un paisaje pleno y
muy quieto como una Polaroid.
Trágame para tomar fuerzas
encoger el corazón (para resguardarlo)
ensordecer el silencio
apretar los puños
y darme cuenta del vacío
de su magnífica quietud
y poder decirle: “Te amé
y si te olvido es porque quiero,
no porque deba hacerlo”.
Alargo mis sueños
así que trágame, tierra
hazme una contigo
sácame de aquí, aunque sea un instante
para retomar mi camino y darle paso a la noche
oscura y gélida
antes de la primera luz del próximo día.
Nos habla de la sobrevivencia de ese desamor que se vuelve una adicción. Llegó el momento de alejarse de ese amor que le hace daño pero que la mantiene con vida. Es necesario aceptar que existen diferentes emociones y uno debe pasar por ello para poder superarlo y poder comenzar de nuevo. Las palabras de la poesía es una buena forma de poder llegar a ello. Ayuda a que te puedas conocer mejor, aceptar y sepas que otras personas han pasado lo mismo que tú y que en un futuro podrás tener una vida libre del recuerdo de esa persona que no se encuentra contigo y que ya no volverá.