Cuando juegan con nuestros sentimientos y nos traicionan, es muy difícil volver a confiar en alguien, pues esa decepción amorosa forma una parte fuerte en nosotros que nos hace poner una barrera para que no nos vuelvan a herir nuevamente, y pasar por ese momento amargo lleno de dolor.
Sin embargo, muy en el fondo de nuestro interior, lo que anhelamos es un amor que una esas piezas rotas. Es por ello, que, en compensación a eso, compartimos el siguiente poema de desamor: Merezco un amor sano
Al derramar mis lágrimas en la almohada pedí al Universo que te alejara de mí. Que permitiera que llegara un amor incondicional, que nunca me deje. Pedí evitar a todos aquellos amores pasajeros que buscan una noche de caricias repentinas.
Supe que era el momento indicado para marcharme, mi dignidad me dijo “no más”, suficiente había tenido de todas las relaciones tóxicas en las que me he involucrado, era la hora de vaciar mis sentimientos hacia aquel hombre que no me amaba y sólo veía en mí un hermoso rostro y nada más.
El odio y rencor que siento no es para él, sino para mí, por permitir una vez más que me usaran y ser desechable nuevamente.
Compruebo que las lecciones no habían finalizado y sólo formé un muro para mi inestabilidad mental. Sabía que era necesario terminar el proceso de sanación; sin embargo, mis deseos e ilusiones de sentirme amada me traicionaron.
Merezco un amor limpio, fuera de círculos viciosos. Merezco dejar de ser la sombra de alguien que se mantiene ajeno.
Los tiempos son cortos y sanan las heridas si lo permitimos, de lo contrario se vuelven eternos cuando ofrecemos resistencia a la realidad.
Sigo llorando; ahora cierro los ojos y recuerdo todos los instantes en los que me sentí realmente feliz, suspiré y floté en un sueño llamado enamoramiento. Creí que mi soledad había sido complementada, pero eran equivocaciones. Ella me acompaña y siempre en ella he vivido.
Ahora, vibro y grito. ¿De qué me sirve un amor que debo ocultar? ¿Para qué continuar amando a alguien que pasará? Son las interrogantes que me cuestiono, no puedo y no quiero saber las respuestas, prefiero la intriga que saber la realidad.
Pudo ser mi inspiración infinita, pero prefirió ser de alguien más, ¿quién sería yo para romper ese vínculo que lo une a otra? Me convertiría en un ser orgulloso e inmerso en prejuicios, dolor y la envidia de no ser correspondida.
Supliqué con todas mis fuerzas nuevamente un amor sano, que sepa abrazarme con todos mis defectos, porque las virtudes las irá conociendo de a poco; mis vicios a las lecturas nocturnas y el insoportable carácter a las injusticias que observo.
Pienso que mi deseo se podrá hacer realidad y encontraré el amor que tanto quiero. Sin embargo, debo interiorizarlo para volver a gritar al cielo que me conceda una vez más amar a la persona correcta.
Ahora el trabajo inicia en mí, en vaciar mi decepción y caminar hacia un destino incierto, con un alma destrozada, pero con deseos de ser reconstruida.
Poema de la página: Cultura Colectiva
Por: Maribel Hern