No es que sea una persona intimidante, nunca lo hago a propósito. Sólo que me gusta mucho mi espacio personal, no necesito de nada para poder pasarlo bien. Yo misma puedo hacer mis días increíbles, no estoy sonrisa con todo el mundo. Y si alguien de la nada me habla, pues soy muy cortante y digo lo que pienso. No hay nada de malo en ser así. Pero ellos al ver una mujer decidida le tienen mucho miedo.
Los hombres están acostumbrados que la mujer sólo sea risitas y no puede tener un gran conocimiento de la vida, porque suele intimidarlos. Nos encontramos en el siglo XXI y debemos sacarnos esos estereotipos de la cabeza.
Ya cansa escuchar que uno aleja a los hombres porque somos muy intimidantes. No creen que no tenemos enamorado porque queremos encontrar a la persona perfecta o porque no tomamos el amor como algo tan simple, sino que queremos a alguien especial en quien podamos darle todo ese cariño.
Debemos dejar de etiquetar a las mujeres por su forma ser ¿Desde cuándo la confianza y el éxito de una mujer se traduce en “intimidante”? No sé porque optan por poner ese apelativo, dando entender que la mujer debe bajar la guardia para que los hombres le hagan caso.
Dejemos de pensar que el hombre es el ser más fuerte y que la mujer es la débil que debe adecuarse a la vida del hombre. Si no saben, las relaciones sanas se caracterizan por el respeto mutuo, el soporte, el cariño y la comunicación. Así que quiero decirles a todas las mujeres que las llaman “intimidantes” que sigan siendo así, esperen el momento para que llegue esa pareja que no se sienta intimidada por sus éxitos.
Querida mujer,
Hay veces que serás catalogada como una persona demasiada mujer, demasiada inteligente, demasiada bonita, demasiada fuerte o demasiada algo. Que hará sentir a los hombres como seres pequeños. El peor error de todo esto es quitarle joyas a tu corona para que a ellos les sea más fácil cargarla. Tu no necesitas una corana más pequeña, necesitas un hombre con manos más grandes.