Tocar fondo es bueno: ahora encuentra la fuerza para subir

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¿La vida se te está yendo de las manos, estás por tocar fondo y crees que no estás a la altura de las expectativas, tanto las expectativas tuyas como las de otros, y no puedes llevar a cabo lo bastante para evadir caer?

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Entonces detente un instante, respira hondo y trata de investigar tu circunstancia real en este preciso momento. Quizás lo que es necesario para ti, sea algo que trasciende la inspiración y la fuerza de intención, en primer instancia, a lo mejor lo que es necesario para ti es combatir el inconveniente cuando lo hayas detectado.

Si has tocado fondo, no es algo para festejar, es evidente, pero tampoco significa el objetivo, sencillamente recopila tus trozos rotos, porque más abajo no puedes ir, y en este momento empieza a subir de nuevo. Tocar fondo pero volver a resurgir Cuando se llega a tocar fondo puede ser complicado, pero esos que logren hallar el valor para llevarlo a cabo y confrontar a sus miedos, van a volver al juego más fuertes y vigorosos que antes.

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Pasa que en la vida hay obstáculos y no todos nuestros proyectos van precisamente como nos agradaría. Quizás, no necesites recibir estímulo del exterior, sencillamente sería servible recobrar tu fuerza de intención. Siempre lo tuviste desde que llegaste aquí, pero en este momento por alguna razón, principalmente porque los obstáculos parecen bastante más importantes que tú, no puedes volver a ponerte en contacto. Cambiar tu actitud en oposición al inconveniente es el comienzo para volver a subir, pero cambiar tu forma de ver el inconveniente es fundamental para seguir subiendo sn contrariedad.

Mucha falsa propaganda producida en masa y popularizada con más grande simplicidad por medio de el planeta globalizado, nos impone imágenes del triunfo, el fracaso, el modelo a continuar y tal se ve que todos nosotros debe estar siempre en la cima y que los obstáculos en la vida no hay, pero si enfrentamos la verdad, entendemos que no es de esta forma y que, exactamente, son los obstáculos los que nos asisten a crecer. Cómo volver a subir una vez caídos

Para combatir los obstáculos requerimos buscar la fuerza dentro de nosotros. Precisamente tenemos la posibilidad de soliciar asistencia si la requerimos, pero el impulso para un cambio real siempre empieza desde nosotros. Al tocar fondo tenemos la posibilidad de percatarnos de dos cosas, que no es el objetivo de todo el mundo y que nosotros somos más fuertes que la caída. Cambiamos nuestras vidas y a nosotros solo cuando verdaderamente lo queremos, no cuando otros nos piden que lo hagamos. Cada uno tiene su sendero y su ritmo que siempre debe ser respetado.

Es verdaderamente inservible llevar a cabo comparaciones con esos que están teniendo triunfo ahora mismo. El triunfo tiende a ser el resultado de un deber muy profundo y si quieres obtenerlo además tienes que llevar a cabo lo mismo. No somos robots y, entonces, no es bastante evocar expresiones como “motivación” y “compromiso” para lograr que las cosas cambien de un instante a otro.

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Si verdaderamente deseamos un cambio, debemos trabajar bastante en nosotros, comprometernos y, más que nada, accionar. Si experimentamos un instante de inercia, debemos intentar aceptarlo, y utilizarlo para investigar toda la circunstancia, para centrarnos en lo que nos agradaría transformarnos y cuáles tendrían la posibilidad de ser nuestros objetivos en la vida. Entonces va a ser el instante de empezar a arremangarnos para crear algo nuevo sin abandonar la primera contrariedad. Solo con el tiempo vamos a poder comprender si vamos a estar en el sendero acertado para hacer nuestros sueños, pero en cualquier situación, nuestro viaje, donde sea que nos lleve, va a ser una ocasión para el desarrollo.