Dejar ir a alguien especial, porque sabes que es lo más sano y lo correcto, es una de las mayores muestras de amor. También es una muestra de amor hacia nosotros mismos, aceptando el hecho de que aquello que quisimos, simplemente no se pudo mantener y se quebró.
No existe ningún tipo de garantía en el amor, ya no importa que tanto amor dimos, si nos entregamos por completo o no, si sacrificaste cosas importantes por estar con esa persona, o si sencillamente diste lo mejor de ti. Si la otra persona no se encuentra en sintonía contigo, entonces, no estarán alineados los propósitos de ambos, así que resultará necesario dejarlo ir, aún si sentimos que nuestro corazón desea estar al lado de esa persona.
Al momento que dejamos ir, estamos reconociendo que la dignidad debe encajar en todos nuestros actos. Donde entendamos que tal vez dejar ir nos desgarre el alma, pero será necesario. Aunque ese dolor será pasajero.
Adicionalmente, es un acto de amor hacia la persona que soltamos, la cual no está dispuesta a recibir lo que nosotros le ofrecemos. Al dejar ir, sentimos como dejamos que salga esa energía que se tenía acumulada al sentir que estabas forzando las cosas.
Dejar ir, es una ganancia que puede que nos cueste entender y apreciar, porque tal vez el dolor sea temporal. Nos debemos dar el tiempo para sanar, es recomendable estar conscientes del progreso y no quedarnos anclados.
Cuando un amor deja de hacernos sentir plenos, para hacernos sentir mal, y desdichados, no importa todo lo que invertiste para que funcionara, si nos quedamos en ese “amor” todo será una pérdida, hasta el momento que decidamos dejar ir. Aprende a dejar ir por un bien mutuo.