El compromiso parece el fin de tu interés.
La palabra “noviazgo” te da miedo”.
La formalidad te da asco.
Y eso no es más que cobardía.
La gente suele tener un tipo de actitud distinta cuando intentan conquistarte, y cuando lo logran, parece que se olvidan de que al amor hay que mantenerlo cuidado, alegre, bonito. El amor, por fuerte que sea, tiene fecha de caducidad, y la única manera de conservarlo, es prestando atención a los detalles, es hablando, haciendo el amor, ofreciendo cariño, arriesgándose, escuchando, cumpliendo promesas, estar atento, dedicar tiempo, besar, dar un buen desayuno, ofrecer los buenos días y las mejores noches.
El amor es frágil, y no puedes pretender mantenerlo si has cambiado porque alguien te pide formalizarlo con un título de novios o marido y mujer. Si le temías al compromiso, era mejor que lo dijeses antes de enamorarla, porque si solo querías coger, quizá, ella hubiese estado de acuerdo. Pero como analfabeta emocional, te diste a la tarea de enamorarla para no corresponderle cuando ella decide confrontar las cosas con mayor seriedad, pidiéndote que sean algo más que dos amigos que se tienen ganas y deseo.
No juguemos al “latinlover” con los corazones de las personas nobles, pues ellas te dan el tiempo que no tienen para que tú puedas aprovecharlo, dándole lo que puedas, ya sea el corazón, buenos ratos o simplemente nada.
Por eso, no ofrezcas una atención que no pretendes dar cuando ella te pida ser novios o quiera poner una sortija en tu dedo. Ofrece solo lo que estés dispuesto a dar, como amantes, novios o lo que sea.