No puedo decir que fue fácil, te quise mucho y eras una persona muy especial para mí. Fue una decisión que tuve que pensarla bien, más que todo comencé a pensar lo que me hacía bien a mí, porque ahora último no lo estaba pasando bien a tu lado. Todo había cambiado, todo era muy diferente. Nuestro amor ya no era el mismo.
Antes de tomar la decisión recordé como nos conocimos la primera vez, me encontraba sentada a una barrera y cuando pasaste me dijiste: “hola” ¿Quién habría pensado que un simple “hola” pronunciada por un extraño, iba a ser tan significativa para mí? Es ahí donde nació el amor, no fue instantáneo, pero cuando te vi no negaré que sentí una chispa dentro de mi cuerpo, así que pensé que podrías ser el indicado.
Recuerdo muy bien cuando me preguntaste si puedo ser tu novia de la manera más sincera en la que podría pensar. No hubo necesidad de rosas, globos o regalos a montón, tu presencia era más que suficiente. Eras tú, siempre. Te encontrabas en mi mente, en mi corazón y mi vida era mucho mejor a tu lado.
Conocía muchas personas que me hacían daño, que utilizaban palabras que me lastimaban, pero todas esas fueron curadas por ti, siempre estabas ahí protegiéndome de lo malo. Hemos pasado días, meses y años juntos pensando que juntos lo podríamos todo.
Hasta que en un momento comenzaste a desmoronarte, mientras me encontraba luchando para que no te quebraras. Pensé que era sólo una fase, para probarme que una angustia no era lo suficiente para alejarme de ti. Pensé que en un momento pasaría, pero nunca lo hizo.
La mirada de tus ojos comenzó a cambiar. Tus abrazos ya no tenían esa calidez que tenía antes, ya no me sostenías como antes la mano. Me estaba deslizando lejos de ti. De una manera que querías.
Decías “te amo” sólo por decirlo. Tus emociones comenzaron a disminuir cuando me veías, te olvidabas constantemente de las fechas importantes como si ya no importara más. Agarraste como excusa de que las fechas sólo son fechas y lo que importa es que estamos juntos. Las llamadas comenzaron a disminuir, los mensajes casi nunca llegaban y que decir de los aniversarios, ya no eran de tu importancia.
Comencé a sentir que yo ya no ocupaba en tu vida. Me hubiera gustado que seas sincero que apuñalado la espalda con mentiras. Prefiero que me digas que ella te hace mucho más feliz que yo, que yo ya no soy tu mundo desde que la conociste.
Cuando me enteré de todo ello, sabía que tenía que dejarte ir, por amor a mí misma y por darte tu libertad para que seas feliz con la persona que elegiste. Ya no teníamos solución, era justo y necesario dejarte libre, porque eso lo que querías y eso por mi dignidad tuve que hacerlo.