Aún recuerdo la primera vez que nos enamoramos, estabas tan linda con ese vestido floreado, el lugar era tan común, un restaurante que no se veía mal pero que no era nada especial, hasta ese día. Nunca olvidaré que sentí como mi corazón vibraba y como mis sentidos no funcionaban. Estaba realmente sorprendido de que hubieras aceptado salir conmigo.
Nuestro amor fue muy bueno, sé que diste todo porque nuestra relación funcionara. Yo también entregaba piezas de mí para que funcione. Pero al pasar el tiempo tú seguías siendo la misma persona, mientras que yo me sentí un poco mal por verte dar todo. Lo malo que debes de solucionarlo, me hundí más en mi depresión. Haciendo que te desenamores de mí.
Hacia estupideces para que me dejaras de querer, para que dejaras de seguir intentando por este amor. Yo lo estaba arruinando, era el culpable de que toda callera, aún me siento así. Hizo tontamente lo imposible para que me odiaras, pero siempre buscabas la solución a nuestros problemas. Diciendo siempre la frase “todo va a mejorar”. Me lo repetías mil veces y yo, un idiota, no hacía nada por mejorar la situación.
Pero cuando al fin te cansaste de intentarlo todo, cuando te diste cuenta que yo no valía la pena. Decidiste dejarme, créeme que fue la mejor decisión que tomaste. Porque era yo, el que estaba arruinando todo. Y no podías seguir con un amor que sólo una parte lo intentara.
Logré mi objetivo, te fuiste de mi lado. Sin mirar atrás, sólo me deseaste lo mejor y que algún día sepa amar de verdad, como ella alguna vez lo hizo conmigo. Soltaste una lágrima, algo que hizo que mi corazón doliera. No podía creer que te había hecho llorar, jamás quería que llores por mí.
Y ahora que no estás conmigo, sé que me he equivocado mucho. Nunca debí hacer que te desenamores de mí, al contrario debí luchar por nuestro amor. Fortalecer los lazos, dar mi granito de arena. Hacerte feliz como tú lo hiciste conmigo.
No sabes cuánto te extraño, no sabes lo arrepentido que estoy de que no estés conmigo. Me siento un idiota al alejarte de mí. Lo siento tanto, nunca quise hacerte sufrir. Pero sé que ahora estás bien, por fuentes que me han contado de ti. Qué bueno que sigas viviendo. Te extrañaré por siempre y siempre te recordaré como el mejor amor que tuve.