Te amé en cada una de tus versiones, incluso en las que ni tú misma te soportabas. Te amé antes de conocerte y seguramente eso que llaman destino conspiró para que llegases en el momento indicado… O quizá, no. Porque así como subió el amor como la espuma, subieron los comentarios y las críticas por entregarme por completo a alguien que solo era una cara bonita que guardaba a un espíritu vacío.
Me odiaron y me advirtieron de tantas cosas y aún así, aposté por lo que tú me ofrecías. Un futuro juntos lleno de buenas cosas donde las cosas no parecían tener ningún motivo para evocar sospecha de lo que en realidad querías. Hay personas que por utilizarte, son capaces de enamorarte de mil maneras, de prometerte hasta una familia por mantenerte cerca y aprovecharse de la nobleza que das.
Hay que amarse tanto a uno mismo como para darse cuenta de cuando alguien no siente nada por ti y te está utilizando. Evitemos caer en las palabras o promesas a la primera, caigamos solo cuando hayan acciones que respalden las palabras y no verbos vacíos y carentes de amor.
Te amé, incluso cuando me odiaron por no abrir los ojos y no darme cuenta de que para ti era simplemente uno más del montón. Te amé, solo porque no tuve la capacidad de amarme a mí mismo y darme cuenta de lo que en realidad querías de mí. Te amé, porque a pesar de ser tan notoria tu asquerosa manera de utilizarme, preferí cerrar los ojos y hacerle caso al corazón.