Es bastante común relacionar a los que son adictos a la adrenalina con deportistas extremos, gente que escala montañas sin ningún tipo de protección alguna, que salta aviones y brinca diez carros en fila con su motocicleta. Pero estos no son los únicos comportamientos que indican una adicción a la adrenalina. De hecho, tú puedes ser adicto a la adrenalina y no saberlo.
La adrenalina es una hormona la cual cuando se libera, nuestras neuronas y la parte superior de nuestros riñones, se enlaza con varios receptores en nuestro cuerpo, lo cual provoca cambios que permiten que fluya más sangre a los músculos y que el oxígeno llegue de manera inmediata a los pulmones. Nuestro desempeño físico mejora de manera considerable y estamos muchísimo más alerta para enfrentarnos a cualquier tipo de situación. En resumen, nos podemos llegar a sentir mucho más felices y completos.
Por ello, es bastante normal que tengamos esa necesidad de buscarlo mucho más para que fluya a través de nosotros. Si crees que este artículo se identifica contigo, no dejes de leer lo que sigue.
Amas las películas de terror
No, estas películas no son para todo el mundo. Mientras que la mayoría prefiere una comedia romántica que una en donde haya sangre y fantasmas, tú adoras verlas y, con ello, las expresiones de los demás al asustarse por la película. Si el villano es lo suficientemente bueno para que te identifiques y quieras escapar de él, probablemente esa sensación de adrenalina sea placentera para ti.
Eres workaholic
Todo el mundo en la oficina ignora las invitaciones para unirse a proyectos extra a sus trabajos habituales, de hecho, es bastante normal que estén felices por salir temprano. Sin embargo, tú te apuntas a todo y te quedas hasta tarde adelantando trabajo, porque tienes la necesidad de trabajar así ya te quedes sin nada por entregar. Esto no es una adicción al trabajo y tampoco quiere decir que tengas deseos de quitarle el puesto a tu jefe, lo que sucede con esto es que necesitas recibir impulsos de adrenalina que genera tener un deadline para entregar algo.
Te gusta incitar caos cuando hay paz
Vas paseando con tu novia, todos felices, comiendo helados, viendo perritos cuando de repente ella voltea a preguntarte si crees que su nueva blusa le queda bien, a lo que respondes con un firme y rotundo “no”. Todos sabemos que eso no se debe hacer, así no te hayas fijado de la blusa o sea la blusa más horrible del mundo tú nunca, NUNCA, dices que no. Lo que sucede, es que necesitas tener algo de adrenalina en el día y comienzas el caos para tener esa sensación placentera para ti.
Te esperas al final para entregar un proyecto
Te lo mandaron con 3 semanas de anticipación. Pasaron dos días, tres, cuatro y nada, tú solo te concentras en otras cosas, atiendes a otras personas, peleas con tu novia, etc. Faltan solo 24 horas para entregar un proyecto demasiado largo pero ese es justamente el día en que tu sensación de placer aumenta mucho más porque está cargado de una buena dosis de adrenalina pura.
Aprovechas las oportunidades que tengas para subir la velocidad
La ciudad tiene ya de por sí demasiados huecos en las autopistas, por ello es necesario manejar a una velocidad media a baja. Pero eso para ti no existe, tú pisas el acelerador a fondo y no te importa nada, ni ciclistas, huecos, maratonistas o peatones, eres tú en la pista y el viento soplando en tu cara, adrenalina pura.
Hay que admitirlo, sin esa sensación de adrenalina corriendo en nuestro cuerpo, no somos los mismos. ¿Te ha pasado? Coméntanos.