Ya ha pasado bastante tiempo desde tu última relación. Las cosas no terminaron muy bien, pero has aprendido a aprovechar la soltería para conocerte y consentirte, para replantear tus metas individuales, para compartir con tus familiares y amigos.
En todo ese tiempo no extrañabas ese calor que sólo una pareja puede darte, pero justo ahora sientes el frío de la soledad y has decidido emprender la búsqueda de esa persona con la que piensas pasar el resto de tu vida…
A lo largo de tu vida amorosa has compartido con chicos de diversas clases. Con ellos has vivido una gama interminable de emociones y sentimientos que a veces ni tú misma puedes creer, y toda esa experiencia te ha hecho crecer cada vez más hasta traerte donde estás, con ganas de pisar firme de una vez por todas.
Estás decidida a conocer a ese chico con el que quieres acostarte todas las noches y despertar junto a él todas las mañanas. A ese a quien quieres presentar a todos tus familiares y amigos, y que es una mezcla equilibrada de honestidad, bondad, ternura y paciencia. En definitiva el chico perfecto…
Es entonces que vuelves a la coquetería, a pisar la discoteca con tus amigas en plan de “caza”, creas perfil en algunas páginas web cuyo objetivo es facilitar que encuentres nuevas personas ya sea para amistad o para amor y te abres a ese par de chicos que desde hace tiempo quieren algo contigo pero tú habías puesto una pared entre ellos y tú.
¿Cómo reconocerla una vez que la encuentras? Hay una serie de características que son propias del amor duradero, y que puedes encontrar en el chico que te gusta para poder diferenciar entre el amor verdadero y una posible ilusión o malentendido:
– Él entiende que eres libre, y que no tiene el derecho de interferir contus metas sino de apoyarte en la consecución de las mismas
– Te hace sentir vulnerable de tanta dulzura pero cuando te abraza te inspira protección y seguridad
– Te invita amablemente a reconocer tus debilidades para que no sigan causándote dolor
– Te atrae de inmediato no sólo por lo guapo que pueda ser sino por su manera de ser, que es lo que realmente prevalece en el tiempo
– Te conecta con tu espiritualidad
– La comunicación entre ambos es casi perfecta, pues saben decirse hasta lo más complicado a través del más simple de los gestos
– Está presto a escucharte y a adaptarse a ti sin abandonar su verdadera esencia, pues al fin y al cabo es lo que te enamoró de él
Si el chico que llegará a gustarte cumple con muchas de estas características, es muy probable que termine siendo eso que por ahí llaman “el amor de la vida”, que no es el único al que habrás amado pero sí aquel con el que te quedarás el resto de tu existencia.