Le he estado preguntando desde que nos vimos por segunda vez, pero sigue contestándome con una sonrisa traviesa. Aun no entiendo a qué se refiere con ese gesto, pero claro me toma de la cintura y me da un beso en la boca.
Yo creo que está confundido, tantos años siendo amigos. Jugando al amor, eso lo ha confundido. No debí tomarlo de la mano esa vez que andábamos caminando por la ciudad.
Cuanto esto porque sé que no soy la única que está pasando por esta mescla de sentimientos. Sé que somos más de una o uno pasando por esto. Y no sabemos que es lo que quieren y cuando le preguntamos nos evaden con sus dulces muecas o con otra pregunta.
Pero no podemos negar que, al estar con alguien, compartir, sentir, soñar con esa persona es magia, si hay esa complicidad ¿para qué ponerle título? Y si quieren ponerle, está muy bien, hay miles de palabras bonitas que pueden definir tu estatus sentimental. El mío creo que sería enamorada del amor.
Ya no le exijo que me diga que somos, basta con vivir lindos recuerdos. Con respetarnos con estar el uno para el otro. La magia existe y está bien que no tenga un título, una etiqueta. No necesita una etiqueta para ser original. Así que despreocupémonos de pensar en que somos. Lo que importa es ser feliz y vivir la vida.
Hay que dejar que todo fluya en esta vida y que nos lleve a donde tenemos que llegar. Todo en esta vida está calculado. No hay que preocuparnos por el futuro y sólo pensar en el presente. Se feliz con esa persona especial y punto final.