Una mujer fuerte es única. Ella hace todo a su manera única, diferente a la de los demás. Y decir adiós no es una excepción. Este no es el tipo de mujer con la que un hombre debería tratar de manipular o jugar. Porque ella verá a través de sus intenciones y le abandonará antes de que se dé cuenta.

Ella lo dejará en el momento en que se sienta no deseada o no amada. En el momento en que vea que la está dando por sentada o que no está poniendo ningún esfuerzo en la relación. En el momento en que se dé cuenta de que no la merece o que la está reteniendo.
Esa mujer tiene un fuerte rompecabezas y no tolerará que la traten como menos de lo que se merece, o que le hagan daño, no importa cuánto ella lo quiera. Nunca bajará sus estándares para nadie.
Ella no rogará que le presten toda su atención y no pasará noches sin dormir tratando de descifrar sus señales mezcladas. No esperará a que él se decida por ella. Y definitivamente no le enseñará a ser el hombre maduro que necesita.
Simplemente, esa mujer se despedirá si es algo que necesita hacer, a pesar del amor que siente por él. Ella terminara la relación en un abrir y cerrar de ojos, incluso si esta decisión está destrozando su corazón.

La verdad es que ella no lo necesita y nunca lo hizo. Ella lo eligió para ser parte de su vida de la misma manera que escogerá echarlo de ella, si es necesario.
Y cuando lo haga, no le guardará rencor. No permitirá que el resentimiento o la amargura la enjaulen. En cambio, ella se liberará y lo perdonará por todo el daño que él le causó. Pero eso no significa que lo olvidará o que lo dejará entrar de nuevo.
Él se dará cuenta de que con una mujer fuerte no hay segundas oportunidades. Ella sabe exactamente por qué lo está haciendo y el no debería esperar que ella pueda rogarle que le devuelva el camino. Esta mujer piensa bien las cosas y si decidió que es hora de alejarse, significa que el ha hecho algo para perder el lugar en su vida.
Esta mujer no se culpará a sí misma por no esforzarse más para que esa relación funcione porque sabe que lo hizo lo mejor que pudo. Ella no pensará que no fue suficiente y no se preguntará cómo habrían podido terminar las cosas si se hubiera quedado a su lado un poco más de tiempo.

Él se dará cuenta de que una vez que ella cierra la puerta, nunca mira hacia atrás. Una vez que ella lo deja en el pasado, donde él pertenece, ahí es donde se queda para siempre.