Me encontraba tan bien a tu lado, me sentía afortunada de poder tener a alguien que me quisiera o al menos eso pensaba. Por un momento pensé que me querías realmente y que era importante para ti. Pero al pasar el tiempo me di cuenta que nunca me tuviste en cuenta, que sólo estabas conmigo para no sentirte solo, porque te daba tanto miedo de vivir en soledad, que estar con una compañía que ni siquiera querías.
No puedo quejarme, me trataste bien, vivimos momentos lindos, siempre atento a mis necesidades. Aunque había momentos en que tomabas mucha distancia. Pensé que era normal en una relación, ya que es bueno tener una distancia debes en cuando para que sentir que nos extrañamos mucho y cuando nos volvamos a ver sea memorable. Pero no era esa clase de distancia la que tú me dabas, era porque había momentos en que no querías estar conmigo, en que querías divertirte por tu lado, en donde buscabas otros amores y la pasabas bien.
Nadie comprendía nuestro amor, siempre te veían tan seco a ti. Diciendo que sólo estabas conmigo por cumplir, que no se le mostraba enamorado. Que se notaba que si estaba conmigo era no estar completamente solo. Mientras que a mí me veían entusiasmada a su lado, siempre esforzándome porque la relación funcione y se vuelva una saludable. Porque realmente quería que dure para siempre, aunque nada es para siempre pero no perdía la esperanza de tener una relación así contigo.
Desgraciadamente no duró nuestro romance, pues decidiste alejarte de mí. Me dijiste que ya no me querías y que todo había cambiado, que ahora quieres ser una persona sin ningún compromiso, que necesitas tomarte un tiempo solo. Me dolió mucho, pero comprendí porque se notaba que no te gusta mucho la compañía, así que te dejé ir con todo el dolor de mi corazón. Pero sufrí más cuando me enteré que en verdad te fuiste porque encontrarte a alguien más. Eso me derrumbo, me sentí tan desdichada, me sentí insultada. No podía creer que esa persona que era especial en mi vida me había traicionado.
Aunque las cosas no fueron como pensé, fue muy difícil poder salir de esa depresión, pero lo logré y ahora que me encuentro mejor. No me arrepiento de haberte amado, me siento afortunada de haberte tenido en mi vida, gracias porque me enseñaste a valorarme, a darme cuenta que el verdadero amor sólo existe en uno mismo y que no debemos dar todo a cualquier persona, que debemos estar seguras de su amor para poder también entregarlo. Y que siempre uno tiene que tomar en cuenta las opiniones de los seres queridos para poder sacar una conclusión del amor que estás viviendo. A veces nos encontramos cegadas por el romanticismo que no vemos la realidad de la relación. Por ello, es bueno tomar en cuenta los consejos de esas personas que saben que quieren lo mejor para ti.