Más de uno se molesta cuando le dicen “Ignóralo”, porque saben que, aunque fácil se diga, es quizá una de las cosas más difíciles de hacer.
Efectivamente, ignorar no es fácil, y requiere de una fuerte inteligencia emocional. Pero, en estos momentos te daré unos pequeños consejos que te harán ignorar aquellos malos recuerdos de una manera mucho más fácil.
- Aceptación: Esto es el pilar de todo. Muchos se confunden creyendo que la aceptación es lo mismo que la resignación. Aceptamos aquellos que sabemos que nos hace daño en cuanto a que no le dejamos que afecte nuestra vida. Es decir, aceptar se basa en asimilar que, a pesar de que haya malos recuerdos, estos no pueden modificar nuestra conducta o futuro, porque así no los proponemos. Por otra parte, la resignación es sucumbir a los malos recuerdos y permitir que estos hagan trizas nuestro presente.
- Cada cosa en su lugar: Parte de la inteligencia emocional, se basa en saber poner en su lugar todo lo que nos rodea. Si no podemos jerarquizar las cosas que impactan en nuestra vida, tendremos un descontrol total sobre el impacto que estas puedan tener sobre nuestras emociones. Así pues, démosle mayor importancia a lo que realmente lo merece.
- Amor propio: Finalmente, el aferrarnos al pasado o los malos recuerdos, es un reflejo de la falta de amor propio. Debes amarte lo suficiente como para reconocer que, aferrarte al pasado que te hace daño, es un atentado directo a tu propia dignidad, cuestión la cual, está completamente en tus propias manos.
Finalmente, te dejo esta reflexión que practican los japoneses para superar el pasado:
Tu vida es una mano. Tú decides a que aferrarte. Tú decides si tomar la flor por las espinas o los pétalos, pero no es la flor quien decide aferrarse a tu mano, no es la flor la que decide aferrarse a tu vida.
TAMBIEN TE PUEDE GUSTAR