Algunos creerán en esto como parte del destino. Otros, prefieren creer que es mero resultado de una acción o decisión propia.
Pero, sin duda, no hay persona que llegue a tu vida si no tienen algún propósito real para estar en ella.
Este concepto para muchos decaen cuando se enfrentan a la duda de qué pasa con esas personas que nos hacen daño ¿Qué aprendemos de ella o por qué son necesarias en nuestra vida?
Indudablemente, algunos males son necesarios para fortalecernos, el tema es que, si no somos capaces de verlo de ese modo, entonces, sencillamente estamos viviendo bajo la premisa de que merecemos todo lo malo, y no de que las cosas malas que nos rodean están ahí para ser dominadas y aprender de ellas.
Debemos tomar al toro por los cuernos en este caso para entender que, hasta las personas menos deseables, tienen un cierto propósito en nuestra vida.
No deberían estar aquí, pero lo están, y nos corresponde sacarlas de nuestra vida así como les hemos permitido entrar.
Así que, no te lamentes nunca por las personas que ya no están en tu vida, porque si no están en ella es porque quizá, nunca pertenecieron ahí.
Evidentemente, no todas las personas que salen de nuestra vida son malas, algunas, están cargadas de gran valor emocional y desprenderse o despedirse resulta dolorosas.
Pero, aún así, si debieron irse, es porque sus vidas estaban marcadas para tomar otros rumbos y el tuyo estaba creado para lo mismo.
Los caminos de la vida son distintos para cada quien, pero el hecho es que cada piedra y flor en el camino, está puesta ahí para un propósito. Algunas están hechas para superarse, otras, para llevarlas en la mano por todo el camino.
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