La vida da muchas vueltas, por muchos cosas que planifiques nada se mantiene igual, todo se modifica de un día para el otro, si hoy cuentas con algo nada te asegura que mañana también lo tengas.
Por esto, si serás bondadoso con alguien para después sacárselo en cara simplemente no lo socorras. Tus acciones deben salir de tu alma, debes pensar en los demás y ser comprensivo, te debe doler el dolor ajeno.
En ocasiones el interés se disfraza de ayuda, las personas ofrecen su brazo como un acto de bondad pero cuando no te lo esperas te echan a la cara aquello en lo que te ayudaron, y hasta te imponen responsabilidades de las que nunca habían hablado.
Por otro lado, están aquellos quienes realizan favores solo para buscar la aceptación de la sociedad, sus acciones no nacen del corazón.

Cuando ofreces tu apoyo sin esperar nada de vuelta tu alma se llena de tranquilidad, sientes en armonía en tu interior.
Mientras que cuando das esperando algo de vuelta estas asegurando tu desdicha, llenándote de energía verdaderamente negativa.
La importancia no radica en la cantidad sino en la calidad. La ayuda debe nacer de ti, por muy pequeño que creas que sea el gesto, si lo haces de corazón representará una significativa diferencia.
Por esto hoy te decimos que si después de ofrecer tu brazo vas a sacarlo en cara entonces no hagas nada, pues solo se trata de tu soberbia alimentándose de la aceptación social.
Recuerda siempre que quién más recibe es porque ayuda más.

Si consideras que este no es tu tiempo de ayudar entonces simplemente mantente al margen, sin herir ni perjudicar a nadie.
Es lamentable pero muchos van contando con los dedos toda la ayuda que han brindado, para poder cobrar cuando y como les plazca. Se trata de personas que te ayudan y después se molestan, te maltratan o te insultan. Si no dices nada todo queda bien, sin comentas algo te sacan el favor que hicieron por ti.