El amor te puede destrozar y reconstruir. Existen muchas maneras de amar, de recibir o dar amor, no hay límites porque es un sentimiento que experimenta de todo. Se puede encontrar entre padres e hijo, entre hermanos y entre parejas, entre amigos e incluso puedes encontrar amor a lo material, amor a los sueños, amor a la vida misma.
Ahora te encuentras buscando el método para superar este momento de tu vida y lo que más surgen son preguntas para comprobar si lo que te está pasando es real.
Nadie en el mundo está inmerso a no sufrir algún momento de su vida. Siempre sufrimos de una u otra forma. Por ejemplo, uno de ellos es cuando un padre ve a su hijo alistarse para la guerra ya que existe la posibilidad que nunca más lo vuelva a ver. Un hijo sufriendo por causa de un padre fallecido. Y la ruptura amorosa después de gratos momentos con esa persona especial.
A veces sólo quisiéramos un abrazo en vez de tantas preguntas. Pero es importante que sepas aquello. Que sepas que no eres el único que pasa por estos momentos, vamos en búsqueda de tu respuesta.
¿Duele el corazón? ¿Se romperá verdaderamente el corazón? ¿Qué se siente cuando se rompe? Son muchas preguntas que no parecen lógicas, porque científicamente hablando, si el corazón se rompe deberíamos morir inmediatamente.
Pero hemos sentido como si algo dentro nuestro se hubiera roto, el dolor es incontenible, difícil de explicarlo con palabras. Nos ha costado respirar, andar, seguir adelante. Hemos llorado hasta cansarnos.
Tenemos que entender que nuestro corazón no se puede romper. Aunque hayamos experimentado una desgracia en la vida; aún podemos volver a sentir el amor, aún podemos confiar. La solución está en levantarnos poco a poco, en darnos valor para seguir adelante.
No es fácil, no es algo que se hace de la noche a la mañana, pero algo que puedes curar a largo plazo y salir victoriosa del dolor.
Descúbrete, logra entenderte y ver lo que realmente quieres en tu vida. Si, tuviste roto el corazón, sentiste lo que sentiste, se fueron quienes se fueron, paso lo que tuvo que pasar, pero no es el final, ahora repáralo tu solito. Convierte ese dolor en una virtud. Sal, arréglate, despéinate. Se feliz. El mañana no es seguro, si este es el último día has que valga oro cada segundo.