No le ilusiones pintándole futuros donde tú y ella vivirán felices por siempre.
No le cantes o dediques poemas.
No le lleves flores ni le digas que eres el motivo de tus alegrías.
Se hombre, y no la trates como si la quisieras de verdad.
Ten la hombría de admitir que solo te la quieres llevar a la cama, cogerla y dejarla.
Porque a ellas también le gusta el sexo sin compromiso.
A ellas también les encanta pasar un buen rato con alguien que no conocen muy bien.
Algunas prefieren no enamorarse.
Y algunas desean solo entregar el cuerpo y no el corazón.
Madura y date cuenta que, entre hombres y mujeres, los gustos varían poco.
Lo único que se te pide es que no le enamores, no la ilusiones y no le hagas creer en algo que no le ofreces.
Deja que su concepto del amor permanezca intacto para aquel hombre que sí merezca atravesar su piel con cariño.
Intenta dejar de lado las ansias por romperle el corazón, al fin y al cabo, ella también puede hacerlo contigo y ha decidido no hacerlo.
Recuerda que la mujer perdona, pero no olvida.
Recuerda que ella, entre todos los hombres que tenía para escoger, te eligió a ti.
Recuerda que, si le prometes amarla, ella se aferrará al deseo de que lo hagas de verdad.
Y recuerda que, si derrama una lágrima, será porque fuiste muy poco hombre para dejarle en claro, que solo querías su cuerpo, y no su cariño.