La vida está llena de complicaciones, de problemas, de energías negativas, de personas egoístas y realmente malas. Muchas de ellas incluso viven para herir a otras. En este mundo existen las enfermedades, los malos momentos, los día grises, la mala suerte y desde luego el eterno racismo. La gente se deja llevar por la vanidad de las cosas, por el físico, lo material y por supuesto, por el dinero. Entonces entre tantas cosas malas, ¿Por qué no intentar sonreír más a menudo? Claro, quizás por todas las cosas que acabamos de decir arriba.
Aunque no lo sientas así, la vida está llena de regalos que se nos dan a diario. Tenemos los hermosos amaneceres, los atardeceres, a nuestros seres amados como padres, hermanos, hijos y hasta mascotas como nuestros perros y gatos. Tenemos los deliciosos helados, la pizza, y ese coctel de frutas que nos enciende luego de unos tantos sorbetes.
En esta vida tenemos a nuestros amigos, los momentos que pasamos con ellos y con el resto de seres amados en un parque, o en un centro comercial. Tenemos las increíbles películas de Hollywood, los parques de diversiones, las hermosas olas golpeando la arena en la playa. En esta vida tenemos millones de cosas por las cuales sonreír pero mucho más importante, tenemos muchas razones para dar gracias.
Si te fijas, somos los seres humanos la razón de tantos problemas y de la maldad que nos rodea, todo lo negativo está dentro de nosotros. El mundo quizás sería perfecto sino estuviéramos aquí, pero aquí estamos. Y Dios, a pesar de saber y conocer nuestras innumerables fallas nos sigue permitiendo estar aquí y nos regala todo esto sin merecerlo. Entonces ¿Cómo no sonreír?
La sonrisa es gratis, no te toma mucho hacerlo, no requiere esfuerzo y tiene unos beneficios asombrosos. La risa o la sonrisa, eleva tu espíritu y tu alma a lo más alto, fortalece tu corazón, tu mente y tu cuerpo, mejora tu salud, tú autoestima, te ayuda a ser más fuerte, valiente y decidido. Te embellece el rostro y por supuesto, te fortalece.
Al sonreír, animas a otros a que hagan lo mismo, pues la risa es contagiosa. Nunca dejes de sonreír, en su lugar, hazlo más seguido, sonríele a quien te sonría pero sonríele mucho más a quien no te sonría. Sonríele a los días grises, a los malos momentos, a las malas decisiones y a las personas que no te agradan mucho. Y siempre ten presente que la vida es un momento y que todo tanto bueno como malo un día pasará, pero tu amor propio, tu aprendizaje en esta vida y los momentos vividos son los únicos que quedarán.