La duda se vuelve peligrosa en la medida que es provocada por el temor a amar y ser amados. Este miedo nos hace dudar entre si queremos seguir solos o estar con una persona que nos ha ofrecido su cariño. Sea cual sea la razón del temor, antes de entablar una relación con alguien, debemos aclarar nuestras propias ideas, porque la otra persona también tiene la potestad de decidir si quedarse o irse de tu lado.
De este modo, somos nosotros los responsables de perder las oportunidades de ser queridos por nuestra falta de decisión y miedo. De igual forma, somos responsables de la desilusión que podemos provocar en otra persona pues, si le hemos dado alas, es mejor que sea después de estar seguros que estaremos para impulsarles el vuelo.
De hecho, la mayoría de las relaciones que no pasan de dos meses, se debe a la falta de decisión que es producida por no saber qué es lo que se quiere en realidad. Debemos siempre apuntar a revisarnos y hablar con nuestro yo interno para aclarar nuestras ideas, así nos ahorraremos el dolor de perder a alguien que quizá, siempre estuvo segura de estar a nuestro lado, a pesar de sus temores y a pesar de lo que haya vivido en el pasado.
No le demos motivo a las personas que una vez nos quisieron, para que dejen de creen en el amor. Démosle mejor un motivo para que se sientan en confianza de entregarse por completo y seguramente, eso terminará por aclarar todas las dudas que tenemos con respecto a lo que nosotros queremos.