Lo tuyo siempre será tuyo hasta que lo descuidas. El amor y cariño se gana con mucho esfuerzo, pero es frágil, y por ello se pierde en un instante. No podemos confiarnos en que un amor se mantendrá por sí solo, pues, sus tres pilares, confianza, tolerancia y cariño, deben alimentarse a diario a través de pequeñas o grandes acciones.
Descuida uno de estos tres pilares y tenlo por seguro que el amor caerá. No te tomes a la ligera el cuidado de aquello que construiste piedra a piedra, día a día, pues mientras tú decides tratar con indiferencia a la persona que amas, hay otro dispuesto a entregarse por completo e intentar rescatar aquello que has decidido dejar de lado.
El dilema con todo esto es que, siempre, cada vez que te pierden, intentan recuperarte como aclamando que no sabían realmente el valor que tenías. Amarse ayuda a amar a los demás, por ello, si te amas lo suficiente, cuida a esa persona que te ha entregado la mejor versión de sí, porque quizá mañana, ya no esté, y quizá ahora, esté dispuesta a salvar eso que aún tiene oportunidad de resurgir.
Si no cuidas lo que se te ha dado, tenlo por seguro que habrá otra persona con los brazos abiertos, dispuesto a recibirlo con todo el cariño y respeto que se merece.