Si en verdad sientes algo muy grande por ella, díselo cada vez que puedas, que quieres verla y tenerla entre tus brazos.

Cada vez que te acuestes a su lado dale un beso en la frente y dile lo mucho que ella te importa, y al despertar una de esas mañanas de domingo dale un beso de desayuno para luego llevarle la comida a la cama.
Cuando tenga que irse a cumplir con sus asuntos personales, pídele que se quede un rato más, y si de igual manera se va tenla siempre presente y envíale tus mejores vibras a través del viento.
Hazla sonreír con el detalle más inesperado o con la noche de intimidad más profunda, y eso sólo es posible si vas más allá de lo obvio, de lo tonto. Haz que se sienta importante para ti y para el mundo, que lo que ella hace cuando no está contigo ayuda a construir un mundo mejor para todos.

Y si tus acciones son honestas, ella sabrá corresponderte de la mejor manera. Te buscará a través de los canales disponibles: mensajes de texto, llamadas, sin previo aviso. Te hará saber que está interesada en ti tanto o más que tú en ella.
Si no la tratas de esta manera, sólo la estarás usando y se irá lejos, y tú te quedarás sin saber qué ha pasado.