Cuando alguien no te quiere, lo sientes, lo percibes y aunque entierres ese sentimiento de rechazo debajo de mil excusas o justificaciones, saldrá a la luz. Pero no te opongas, déjalo salir, déjalo que se vaya cuanto antes y sigue con tu vida. Cuando ya no te quieran, aunque no te lo digan lo sabrás.
Tu pareja te dirá que no es cierto, que sí te quiere
Aunque tu pareja diga quererte, recuerda que del dicho al hecho hay mucho trecho. No hay mejor forma de verificar si eso es cierto solo con sus actos, pues fácil decir te quiero pero otra cosa es demostrarlo. Las personas solemos revelarnos a través de nuestros comportamientos por muchas palabras e historias que contemos.
Sé realista
No te niegues a tu realidad. Si sabes que las cosas no van bien en tu relación y eso te está consumiendo es mejor alejarte. No dejes que el autoengaño te gobierne. Es mejor ser sincero contigo misma.
No querrán pasar tiempo contigo
Si una persona realmente te quiere nunca buscará excusas para verte o dedicarte tiempo dentro de su rutina diaria. Si tu pareja no hace ningún esfuerzo por pasar tiempo contigo, no te quiere. Así de simple.
“No pases tiempo con alguien que no esté dispuesto a pasarlo contigo”-Gabriel García Márquez
No confiarán en ti
Cuando la desconfianza se convierte en el pilar de una relación a pesar que las cosas se han dejado claro, quiere decir que el amor se ha ido reduciendo o ha desaparecido por completo.
No te ayudarán cuando lo necesites
Cuando estás en situaciones difíciles y sientes que no tienes el apoyo de tu pareja es porque simplemente no le importa. Cuando existe ese sentimiento de desinterés es significado que se ha dejado de querer.
No tendrán muestras de cariño hacia ti
El hecho que la pasión de los primeros años de enamoramiento se haya acabado no es sinónimo que se dejarán de lado los detalles como los abrazos, los besos, las caricias. Cuando existe amor las muestras de cariño continuarán, serán más tranquilas, pero seguirán existiendo.
No dejes que te quieran a medias, busca un amor que sea completo.
Fuente: La mente es maravillosa