Dar ayuda a quienes lo necesitan es un acto de bondad que no se compara con nada. Sin embargo, cuando se vuelve excesivo puedes no sólo desgastarte sino también convertir la buena intención en algo dañino.
La ayuda sin límite puede generar ciertas consecuencias tanto en ti como en quienes son objeto de tu generosidad, y por eso a continuación te ofrezco algunas de ellas para que logres darte cuenta si en este momento estás dando demasiado:
#1 Tus relaciones con los demás cambian para mal
Cuando ayudas no sólo creas beneficios para esa persona sino también para ti. Es así que ser generoso alimenta la relación que tienes con el mundo, pero si se exagera en ello se corre peligro de distorsionar el vínculo.
#2 La ayuda que das implica mentir o dañarte
Ayudar es bueno siempre que se haga en el marco de la honestidad. Si dar apoyo a otros implica ocultar situaciones graves o faltas a tus principios, estás dejando de ser tú mismo.
#3 Fomenta la dependencia
El apoyo que damos a otros debe alimentar la independencia. Si la otra persona se vuelve dependiente de ti y debes hacer todo por ella, estás bloqueando el desarrollo de su potencial.
#4 Tu ayuda es resultado de manipulación
Este es el caso de quienes les cuesta decir NO para hacer respetar quienes son. Si alguien te manipula para obtener tu ayuda, entonces no está valorándote como es debido sino usándote a su conveniencia.
#5 Ya no puedes dar más
Es cuando simplemente el nivel de sacrificio es tal que toda tu integridad tanto física como mental se ve afectada enormemente. Recuerda que si no estás bien, no podrás hacer que otro lo esté.
Puede que por una u otra razón te sientas presionado a ayudar constantemente, pues se trata de uno de los valores que más pesa en la sociedad. Sin embargo, poner límites, aunque no se vean como acciones amigables, se hace necesario cuando peligra nuestro bienestar, y si no nos ayudamos a nosotros mismos no seremos capaces de dar a otros de la mejor manera.