Como seres humanos nos encontramos en constante crecimiento. Cada cierta cantidad de tiempo cambiamos casi toda nuestra forma de pensar acerca de temas cruciales de la vida, entre ellas el tema del amor romántico.
Es así que nuestras metas se van transformando conforme esas ideas van cambiando, y tomamos otras direcciones que sentimos nos llevarán a lo que ahora deseamos.
A medida que va pasando el tiempo, vamos acumulando experiencias que deberíamos aprovechar para hacernos más y más sabios en el campo del amor, así que no es lo mismo tener 16 años de edad a tener 30 años, si sabemos aprovechar los aprendizajes que nos ofrece la vida.
Desde los 15 años de edad hasta la mayoría de edad somos muy jóvenes para apreciar todo lo que implica enamorarse. Sin embargo, disfrutamos de nuestras primeras experiencias románticas: la mayoría tiene su primer novio en esta época, empiezan las salidas románticas, besos, caricias, ganas de experimentar todo a la vez. El final de una relación en esta época se vive como algo especialmente doloroso, aunque es bastante normal por ser la primera vez lidiando con una ruptura.
Ya iniciando los 20 años de edad estamos dentro de lo que se conoce como adultez inicial. Empezamos a sentirnos más mujeres y con mayor madurez para tener salidas con chicos mayores, que nos provean de experiencias más adultas. Ya a esta edad quieres conseguir a tu media naranja y por eso te volverás muy activa en el mundo de las relaciones interpersonales.
Durante la primera mitad de los 20 años quieres divertirte, aunque también tienes el conflicto de creer saber mucho sobre relaciones y querer establecer una estable. Empiezas a asistir de manera frecuente a fiestas y conoces muchos chicos, aunque rechazas a quienes no parecen querer sino pasar un buen rato contigo. Es aquí cuando el proyecto de vida empieza a adquirir importancia, así que no te ves con alguien que no esté a la par contigo en ese aspecto.
Ya luego de esa primera mitad de los 20s, te sientes perfectamente capaz de valorar quien eres y por lo tanto de dejar atrás una relación insatisfactoria si así es requerido. Has crecido lo suficiente como para saber discriminar entre amor y capricho y tienes la suficiente madurez como para establecer una relación duradera.
Luego de los 20s es cuando una se vuelve más detallista con las cosas. Prestas más atención al contenido de sus conversaciones, a los planes de vida, a su manera de ver asuntos trascendentales tales como la justicia, el amor, la paz. Comparten más sobre su vida profesional y un posible futuro juntos.