Ser amable es una cosa y ser tonto es otra muy distinta, no obstante la línea que divide ambas cosas puede ser muy estrecha. Para que podamos tener relaciones sanas y contribuir a nuestra felicidad, necesitamos poder identificar cada uno de estos principios en nuestras aptitudes.
La bondad es una cualidad que define la personalidad de los seres humanos cuya inteligencia emocional favorece mucho las relaciones con su entorno. Para ser alguien bondadoso necesitamos desarrollar lo mejor de nosotros y hacernos seres empáticas capaces de comprender las cualidades y limitaciones de todos por igual.

Ser bondadosos es una acción totalmente admirable, pero ten cuidado con dar tu ayuda a personas que solo se aprovecharan. Muchas personas aceptan la ayuda que otorgamos solo para obtener algún tipo de ventaja sobre nosotros.

Necesitamos tener los ojos bien abiertos para aquellas personas que siempre necesitan ser salvados y definir mecanismos para ayudarlos. Cuando damos nuestro apoyo, nos ponemos en una situación de vulnerabilidad sentimental, pero las demás personas también requieren esforzarse y hacer lo que les corresponde, recuerda que todos somos capaces de hacer increíbles cosas, no te dejes engañar solo porque tienes un enorme corazón y eres bondadoso.
Todos los que se encuentran a tu alrededor no poseen las mismas intenciones, guarda todas tus dones y valores para aquellos que verdaderamente saben apreciar quién eres, sé bueno con los otros, pero no te vuelvas en el bobo útil de alguna persona.