Algunos padres cometen el error de ser muy rudos o secos con sus hijos en la etapa de la infancia, pensando quizá que esto los hará más fuerte ante la vida. No piensan que lo único que ellos necesitan es amor y cariño, que los hagan sentir queridos. A veces los padres olvidan que ellos también fueron niños.
Consideramos que esto no es importante, que no nos marcará en nuestra etapa adulta. Esto es totalmente incierto, pues todo lo que nos sucede en la infancia nos afecta en nuestras etapas posteriores, en nuestra vida.
Las consecuencias de la falta de afectividad
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Somos personas que necesitamos ser amados, queridos… Si esto no se da desde la infancia, traerá terribles consecuencias en la etapa adulta. A continuación te presentamos algunas de ellas:
- Primera infancia: los niños lloran para intentar llamar nuestra atención y no sonríen apenas.
- Edad escolar: los síntomas se manifiestan en la escuela con una falta de atención y una notable baja autoestima. La inseguridad, sentirse fracasado o destruirse psíquicamente, son algunas de las consecuencias en esta etapa.
- Adolescencia: la agresividad, los comportamientos neuróticos y las adicciones son lo que más llama la atención. Hay un deseo muy fuerte de que alguien les aumente la autoestima y de conseguir esa afectividad que no han tenido.
- Juventud: se pierde la capacidad de amar y se generan acciones de dependencia emocional.
- Edad adulta: relaciones inestables, infidelidad, conflictos en la pareja, son algunos de los síntomas que pueden aparecer a consecuencia de la falta de afectividad recibida desde pequeños.
No te sientas mal en pensar que tú eres el culpable de estas consecuencias cuando no es así .Tú no eres el culpable, repítetelo una y otra vez, las veces que sean necesarias.
¡Todo se puede superar!
Ese carencia afectiva que se dio en nuestra infancia se puede superar. ¿Cómo?
Podemos acudir a un profesional para que nos oriente y nos ayude a redirigir nuestra vida para bien. Porque muchas veces estas carencias originan que nos sumerjamos en relaciones tóxicas.
Esfuérzate por abrir los ojos y ver qué es realmente lo que te está pasando, cuál es el origen de tu problema y cómo poder solucionarlo. Si decides solucionarlo tú mismo, esto puede salir bien, o puedes convertirte en una persona frustrada por no lograr liberarte de la dependencia. Además, también serás fácilmente manipulable por los demás.
No esperes más tiempo para empezar a superar tus carencias afectivas, que aunque sean algo que nos marca desde nuestra más tierna infancia, todo se puede solucionar y superar, aunque creas que no.
Fuente: Rincón del Tibet