Se puede entender que, en tiempos pasados, la historia contemplaba aspectos muy reservados en la vida, en donde había ciertos límites que restringían comportamientos y acciones. Uno de ellos, podría decirse que era la amistad entre hombres y mujeres, pues estas relaciones determinaban algunos prejuicios en la sociedad de la época.
Sin embargo, con el trascurrir del tiempo, afortunadamente esto ha cambiado un poco. Hoy en día, las relaciones de amistad entre hombres y mujeres parecen haber tomado un camino de normalización muy importante. Pero, a pesar de ello, algunos sectores siguen teniendo una tendencia extraña a pensar que esto no es posible.
La igualdad entre géneros ha traído muchos cambios y uno de ellos es la forma en que nos relacionamos unos con otros. Los hombres y las mujeres comparten ahora como iguales muchos aspectos de su vida.
La psicología evolutiva parece tener elementos acerca del porque no siempre funciona la amistad entre hombres y mujeres, pero lo cierto es que cada vez hay más personas que eligen amigos que no son de su mismo sexo.
Parece que la respuesta la estamos encontrando, como en casi todo, en la capacidad de las personas de conocerse a sí mismas y a su entorno.
Sin el desarrollo de esta capacidad es posible que hombres y mujeres tiendan a malinterpretar las señales, y esto es uno de los mayores obstáculos para que exista una amistad, sin comedia romántica de por medio. De hecho, parece que esta capacidad sería la base de la verdadera amistad entre hombres y mujeres.
Aunque, básicamente, todos sabemos en qué consiste la amistad, es importante saber también que para hombres y para mujeres la amistad tiene diferentes matices. La amistad es una relación de intereses compartidos, de apoyo y de compañía. Pero hombres y mujeres entendemos esto de diferentes maneras.
Los hombres desarrollan un sentido de la amistad entre ellos basado en actividades. Son relaciones más casuales que se definen como “uno al lado del otro”. Son relaciones poco íntimas y transaccionales.
Los hombres no suelen compartir sus sentimientos con otros hombres, aunque sí comparten un gusto por la camaradería y los intereses comunes y la amistad es duradera en el tiempo.
Las mujeres son otro mundo. La amistad entre mujeres no está tan concebida como “una al lado de la otra” sino más bien como “cara a cara”. La amistad entre mujeres está basada en la confianza, en los sentimientos y pensamientos compartidos y son relaciones mucho más emocionales y dependientes de contacto.
En realidad, y visto así, la amistad entre un hombre y una mujer es mucho más completa que la mantenida entre personas del mismo género.
Las mujeres encontramos en nuestros amigos varones la camaradería y la afición por actividades, aficiones o temas académicos o laborales. Los hombres encuentran en sus amigas féminas un apoyo emocional que sus congéneres no saben brindarles.