Cualquier momento es propicio para engalanar a quien apreciamos con un regalo, un detalle que le haga sentir que en verdad nos importa y le saque una sonrisa aún en medio de un momento difícil.
Y así como nos gusta dar, también nos encanta que nos regalen, sobre todo cuando se acerca nuestro cumpleaños, nuestro aniversario y las fiestas decembrinas. Por supuesto que cuando es hora de que recibamos algo, siempre queremos lo mejor de lo mejor, incluso más de lo que en algún momento dimos.
A veces esto no nos permite experimentar los beneficios de ser generoso, y es que entregar a alguien un obsequio, por más pequeño que sea, está cargado de un poderoso simbolismo. A continuación te presento unas cuantas razones para pensarlo mejor antes de querer recibir antes que dar:
#1 Expresamos lo que sentimos
A veces no encontramos las palabras exactas o no resultan suficientes para dar a entender lo que nos pasa, así que dar un regalo se convierte en la opción perfecta para hacer uso de una vía más creativa y satisfactoria.
#2 Fortalece nuestros vínculos
Así estemos de buenas o de malas con nuestra pareja, regalarle algo permite que nos acerquemos más en el terreno afectivo, sobre todo si el obsequio es algo hecho a mano.
#3 Robustece nuestra parte emocional
Dar sin esperar nada a cambio nos hace plantarnos en la realidad de que no siempre recibiremos lo que queremos, y peor aún: no recibiremos nada. Así, no terminamos decepcionándonos y aprendemos a ser desprendidos.
#4 Representa una manera de pedir perdón
Cuando tenemos un problema fuerte con alguien y le enviamos un presente, buscamos resarcir nuestro error. Si esa persona lo acepta, estaremos abriendo nuevamente la puerta hacia el entendimiento. A fin de cuentas, todos somos seres humanos y por lo tanto no estamos exentos de errar.
#5 Nos sentimos contentos
Nada más ver la sonrisa en el rostro del agasajado puede ser suficiente para que nos sintamos felices nosotros también, además de valiosos.