En algún momento habremos entablado relación con algunas personas que no ponen interés ni seriedad en las cosas que hacen o suelen ser irresponsables a las cuales llegamos a catalogarlas como inmaduras.
La inmadurez emocional se define como una condición en la que las personas no han renunciado a los deseos o fantasías de la infancia: pretenden que el mundo gire en torno a sí, o que las personas se dobleguen en función de lo que quieren. Muy distinta a la madurez emocional que es un estado de fortaleza y templanza que conduce a actuaciones realistas y equilibradas.
Veamos a continuación algunos rasgos característicos del comportamiento de una persona emocionalmente inmadura:
Son egocéntricas
Las personas inmaduras no entienden que el mundo no gira alrededor de ellas. Un comportamiento que se puede esperar de un niño que no se da cuenta de las cosas.
Cuando renuncian a esa fantasía , poco a poco se dan cuenta de lo maravilloso que puede ser explorar el universo lleno de posibilidades que no son esperadas.Dificultad para asumir compromisos
Un niño difícilmente renunciar a lo quiere en ese instante para conseguir un objetivo mayor luego. Cuando se lleva a la madurez se comprende que los sacrificios y las restricciones son necesarios para alcanzar grandes cosas. Y que comprometerse con un objetivo, o con una persona, no es una limitación de la libertad, sino una condición para proyectarse mejor y a más largo plazo.
Tendencia a culpar a los demás
Los niños se sienten seres que no actúan por voluntad, creen que el error debe llevar a la culpa. No les importa tanto el daño que hicieron, sino el castigo o la sanción que puedan imponerles.
Madurar es hacernos responsables de las cosas que hacemos, asumir los errores y darnos cuenta que los únicos responsables de las cosas que hacemos o dejamos hacer somos nosotros.Establecer lazos de dependencia
Las personas inmaduras, suelen considerar a las personas como un medio y no un fin en sí mismos .Ellos quieren a los demás porque los necesitan. De ahí que suelan construir lazos en los que hay fuertes dependencias.
Confunden el concepto de autonomía con hacer su voluntad, sin embargo a la hora de asumir las consecuencias de sus actos, necesitan de los demás para que amortigüen o aligeren la responsabilidad.
Irresponsabilidad en el manejo del dinero
Otro rasgo característico de una persona inmadura es la impulsividad que se refleja mucho en la forma que tienen de administrar sus recursos, como el dinero. Solo en enfocan en satisfacer sus deseos y compran cosas con el dinero que no tienen.
Es por eso que les cuesta proyectarse a mediano y largo plazo. Y es usual que vivan endeudados, todo por satisfacer caprichos.En la mayoría de casos esta decisión no es consciente, a veces suelen ser respuesta a vacíos o grietas durante la crianza o quizás experiencias desafortunadas que les han impedido evolucionar.
Si crees que tienes estos rasgos o conoces a alguien así, en lugar de juzgar debes hacerle tomar conciencia de que impulsar su propio crecimiento puede conducirle a una vida mejor.
Fuente: La mente es maravillosa