A estas alturas, debería existir algún método para arrancar de la memoria a las personas que nos hicieron daño.
Quiero dejar de encontrarme con tu reflejo cada vez que paso por aquel lugar que frecuentábamos.
Quiero dejar de sentir tu olor en la cama, incluso meses después de que ya no duermes a mi lado.
Quiero dejar atrás, la cadena atada en mis pies que lleva tu nombre en relieve.
Deseo enterrar al sentimiento que me quita el sueño en la madrugada.
Deseo crucificar aquellos momentos en mi mente donde tú, aún eras amado.
Deseo quemar y volver cenizas desde el pañuelito con el que te secabas el sudor, hasta el mayor gesto de cariño que alguna vez fingiste hacer por mí.
Deseo, sobre todas las cosas, arrancarte de mi pecho.
Necesito aprender a ignorarte en tu ausencia.
Necesito aprender a sobrellevar las infortunadas veces que debo tolerar tu presencia.
Necesito dejar de hacerme la víctima, dejar de sentir culpabilidad, dejar de convencerme que aún le amor.
Necesito que el corazón deje de pronunciar tu nombre con cada latido.
Por ello, quiero dejar de amarte.
Quiero dejar de querer a alguien que ya siguió su camino y no da un vistazo al pasado.
Quiero regalar mi corazón a otro desconocido en el que pueda confiar.
Quiero dejar de quererte porque tú, ya lo dejaste de hacer hace muchos años.