En el amor, podemos encontrarnos con muchos escenarios donde se desarrollan los acontecimientos que envuelven a una pareja, desde el amor platónico hasta los que no pueden estar el uno sin el otro. El tipo de amor que por lo general busca toda persona, que tenga una mente y autoestima en orden, es aquel donde su pareja esté allí para compartir desde las cosas más sencillas hasta las más complejas.
Cuando no existe equilibrio en el dar y el recibir, en la disposición hacia la construcción de una relación cargada de amor, empatía, comprensión, reciprocidad, comienzan a ser evidentes los problemas que poco a poco van socavando las bases del vínculo afectivo.
Siempre hay alguien que ama más
Es frecuente que por lo variado que somos como seres humanos, en nuestras relaciones amorosas uno ame más o tenga mayores recursos para demostrar afecto a su pareja y esto no debe representar un problema, siempre que las dos personas trabajen y se esfuercen por hacer de su relación lo que desean como proyecto de pareja.
Los problemas surgen cuando las dos personas no tienen el mismo norte o las mismas intenciones en cuanto a la relación y no están dispuestos a invertir energía necesaria para que la pareja se sienta cómoda y retribuida.
Amor dosificado
El amor dosificado a conveniencia de quien lo da termina por lastimar a quien lo recibe, esta persona se siente insatisfecha, se siente frustrada por no recibir lo que piensa que merece, se siente malquerida y se encuentra en una situación de malestar y expectativa esperando recibir su cuota de tiempo y de amor.
Las personas que sin estar de acuerdo se someten a este tipo de relación pueden estar muy enamoradas, pueden tener dificultades para relacionarse con otras personas, pueden tener el amor propio maltratado o pueden tener poco sentido del merecimiento, sea cual sea el caso tienen oportunidades de mejora de su más importante relación: la que llevan consigo mismas.
Si tú no te amas, otros no podrán hacerlo
Es necesario establecer claramente los acuerdos al entablar una relación, definir qué es lo que se quiere y los límites de lo que estamos dispuestos a dar y a recibir. Mientras mayor respeto nos tengamos, mientras más nos amemos, más sencillo será establecer una relación en la cual prevalezca la reciprocidad.
Nuestro amor propio no permitirá que por ningún otro amor nos veamos sometidos a relaciones que nos lastiman o nos hacen sentir poco merecedores de afecto, atención, amor y tiempo.
Por eso sana en cualquier caso cuida la relación que tienes contigo, respétate y lo demás fluirá en consecuencia.
Fuente: Mujer