No hay nada más doloroso cuando alguien a quien amamos tanto nos abandona sin dar explicación alguna, dejando una huella dolorosa en nuestro corazón. Nos enfadamos, creemos que no lo merecemos y que la vida es injusta.
Entonces un sentimiento de tristeza y de reproche se apodera de nosotros con la que intuimos que tendremos que convivir un buen tiempo. Sin embargo, cuando caemos en ese abismo, significa que está cerca la libertad pues si alguien nos ha dejado de esa manera, no merece nuestra compañía.
Vale más un desengaño que vivir en una mentira
Un desengaño siempre duele, pero si llegamos a salvaguardar nuestra integridad es menos doloroso. Y aunque es un proceso difícil reemplazar el amor a los demás por el nuestro propio, la verdad es que estaremos cambiando a un insufrible tirano por un buen amigo.
Porque siempre será mejor un doloroso desengaño que vivir en una eterna mentira.
Cuando alguien se va de nuestra vida sin avisar, entramos en un eterno conflicto interno y nos hacemos muchas preguntas: ¿Debo esperar que vuelva? ¿Cómo volveré a reiniciar mi vida?. Esto último entraña un sinfín de dificultades que tenemos que superar, ya que no sabemos hacerlo.
Es probable que muchas emociones negativas se queden dentro de nosotros, pero debemos sacarlas de alguna manera, aunque sea imaginándonos que tenemos al frente a esa persona, aunque sea rasgando papeles o golpeando cojines.
Otra opción es escribir una carta a quien te lastimó, una carta donde escribas todo el dolor que sientes, en cómo te ha hecho sentir su partida. Tras hacer esto, lo mejor es deshacernos de ella, pues hacerlo será la mejor manera de liberación.
carta
¿Cuál es el último paso para liberar el dolor?
Luego de liberar todos tus sentimientos y emociones, llega el turno de perdonar. Darle alas a nuestro sufrimiento será la única forma de no hacer de nuestro cuerpo la tumba de nuestra alma.
Porque detrás de un desengaño existe una gran tristeza, una infinita humillación y la más dolorosa decepción. Por eso, liberarnos de estos sentimientos supondrá para nosotros dejar de caminar por el borde de un volcán en activo.
Fuente: La mente es maravillosa