En la vida hemos tenido el error de concentrarnos primordialmente en otras personas cuando nosotros mismos necesitamos ayuda, necesitamos amor y cariño y en vez de consentirnos, consentimos a los demás para que se sientan mejores y así nosotros también sentirnos “mejores”.
Hay que concentrarnos principalmente en nosotros mismos, en obtener nuestra paz mental, estar enfocado en nuestras metas, en lo que queremos hacer, lo que queremos lograr y que haremos para ello. Tenemos que amarnos y consentirnos primeramente a nosotros para luego hacerlo con los demás.
Cuando te concentras, te inspiras solamente en ti y te agarras más confianza y amor, todo lo demás es mínimo, no existirán tormentas ni huracanes que intenten derrumbar tu mundo, los problemas se tornarán más pequeños, etc.
Estarás tan concentrado en ti, que las críticas, las malas vibras, las ofensas, y las frustraciones de las demás personas pasaran de lado y no te afectarán en lo absoluto, estarás sumamente ocupado en tu paz mental que eso será migajas para ti y lo tomarás como un sucio cualquiera.
Nada mejor que estar pendiente solamente de ti y enfocado en tus cosas, pues al estarlo creas un estado de tranquilidad y paz mental donde todas tus puertas y oportunidades se abrirán, podrás superarte y entrarás en una etapa de progreso constante donde las barreras se convertirán en pequeñas rocas que a pesar de que tenga sus trabas, podrás afrontarlas.
Que ninguna guerra ni ningún huracán intente atormentarte y ser un obstáculo en tu vida. Ámate cada día más e ignora toda posibilidad tóxica o que te impida progresar de parte de quien sea, busca siempre tu luz natural y que nadie te la opaque.
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