#2 Sonríe de corazón
¿Quieres hacer que la luz llegue para aclarar un día oscuro? ¡Sonríe! Parecerá tonto así de entrada, pero el acto de sonreír cambiará tu estado de ánimo de forma casi inmediata, así como el de quienes te rodean. Prueba mirarte al espejo y sonreír para que puedas ver lo linda que luces, aún si te encuentras sin una sola gota de maquillaje, y tu ánimo mejorará.
#3 Practica la bondad
Ser bondadoso con cualquier persona que tengas a disposición para ello te ayudará a compartir tus sentimientos a medida que los potencias casi de manera automática. Procura que sea un acto al azar, espontáneo, que lleve luz a un rincón donde sabes que va a brillar en la sonrisa de quienes reciban lo que tienes para dar. No cuesta mucho, verás: con una sola palabra de aliento puedes ayudar a aliviar un corazón agobiado.
#4 No olvides la gratitud
No pienses que es que tienes que andar por ahí diciendo gracias a todo el que se te cruce, pues eso hasta puede terminar espantando a la gente. La idea es que, en comunión contigo misma, expreses de mil formas la gratitud que sientes por estar hoy aquí, completa, activa, con salud y dispuesta a mejorar. De igual manera, siéntete afortunada por el apoyo que recibes de quienes amas y te aman, de tener la oportunidad de vivir “grandes pequeñeces” aún sin salir de tu casa y de que queda mucho por hacer por ti y por quienes te rodean.
#5 Deja las preocupaciones atrás
No es que nunca pensarás en el mañana, pero si te hundes en las preocupaciones terminarás evadiendo lo que realmente debes hacer: ocuparte. Es evidente que para tener el trabajo soñado hay que prepararse de varias maneras, pero si no disfrutas cada momento del esfuerzo que le imprimes para lograrlo pues nunca llegarás a saber qué tanto le pusiste para estar hoy donde estás, por ejemplo.