Era un día cualquiera, todo se encontraba bien, me sentía bien. En eso, una noche, ambos se encontraron por casualidad. Él comenzó a cortejarla y ella estaba encantada de ser seducida por él. Una cosa llevó a la otra y –como casi cualquier cita actual – dejaron que todo fluyera pasando así una noche juntos. Los siguientes días, ella recibía mensajes desde muy lejos –del luga3r donde era el joven – ella se encontraba tan emocionada que compró un boleto de viaje y fue hacia donde estaba él sin pensarlo dos veces.
Espero mucho tiempo en el Aeropuerto, por horas, pero la persona no se aparecía para recogerla. Luego de un tiempo de espera, un mensaje le llegó a su celular:
– Fuiste Piggeada, era una broma –
– ¡Cómo puedes ser tan cruel! –
Ella había sido víctima de Pull A Pig –tirar o golpear a un cerdo – un juego que ahora último se ha puesto de moda entre los hombres para conseguir aprobación de los demás conquistando a la chica menos atractiva que encuentren en una fiesta. Las reglas son las siguientes:
El grupo decide qué chica es la “más fea” y un “valiente” debe conquistarla y tener intimidad con ella. Luego, seguir fingiendo interés en la relación hasta que al final, termine con ella con un acto muy bajo y dañino emocionalmente para la víctima.
Este caso se dio a conocer por redes sociales y así, los chicos se ven motivados a hacerlo. Para ellos es un logro, una manera de desenvolverse entre sus amistades, ganado cierto prestigio y respeto.
Psicólogos y sociólogos han demostrado mucha preocupación por este tema. De manera peligrosa, ya que esto se ha comenzado a extender de manera viral a diversas partes del mundo, aunque, la “técnica” de ligue existía mucho antes de que el término se pusiera de moda.
¿Por qué puede sentirse un hombre atraído a este tipo de cosas? ¿Qué es lo que busca? Muchos expertos aseguran que se trata de seres profundamente inseguros que necesitan la aceptación de los demás. Quieren sentirse interesantes ante su círculo social. En muchos casos ni siquiera lo disfrutan, sólo son impulsados por un deseo imperioso de entrar en un grupo de amigos.