Los hijos, son lo más importante y valioso que tienen los padres, especialmente las madres, quienes son capaces de defender a sus hijos de quien sea, luchar por ellos hasta el infinito, y enseñarles las mejores herramientas para que enfrenten la vida con gran fortaleza y temple de guerreros. Por este motivo, presentamos esta emotiva carta dirigida de una madre a su hija.
“Haré todo lo que esté en mis manos para darte las herramientas para salir a conquistar el mundo.
Mírate, tan dulce e ingenua a la vez, te siento frágil y me da miedo lo que habrá cuando se rompa la burbuja. Esa que he creado durante estos años, eres mi niña y no pienso permitir que alguien te lastime. Pero, sabes, no siempre podré estar (aunque quiera), por eso, hija, te voy a construir tan fuerte que nadie podrá romperte.
Te voy a enseñar que allá afuera el peligro es latente, pero serás valiente. Disculpa si la mayoría de las veces dejo que te levantes sola, pero es que tienes que aprender de tus tropiezos. Sí, ahí voy a estar, si un día te equivocas, si sientes que el mundo se te viene abajo, podrás acurrucarte sobre mis piernas y llorar todo lo que quieras.
Te voy a recordar lo valiosa que eres. No, no prestes mucha atención al físico y es que, no es que no seas bonita, pero es lo de menos. Vas a aprender que tus cualidades emocionales y tus valores no se compran ni con el perfume más costoso de Chanel.
Quiero que confíes, que creas que eres capaz, que cuando te digan que ‘no puedes’, no hagas otra cosa que reír y silencio, porque estarás pensando en cómo demostrarles que ‘sí puedes’. Entiende algo, no habrá nadie que pueda romperte si abrazas tu autoestima, si aprendes a quererte aún con defectos.
Hija, no me lo tomes a mal, pero a veces las malas experiencias nos hacen grandes. Debes saber que el mundo no es de algodón de azúcar, que a pesar de tu bondad, habrá quienes solo te busquen para lastimar. Y entonces, deberás poner en práctica lo más difícil para tantas mujeres, aprender a soltar.
No guardes rencor, porque al final de cuentas, el corazón que se estruja es el tuyo. Levanta la mirada, aunque te griten, te humillen o un día te pongan la mano encima. ¡No es tu culpa! Solo tienes que salir de ahí, porque la gente no cambia y el que hace daño, lo repite.
Voy a enseñarte que en la vida a veces se gana y otras se pierde, que lo importante es seguir aún con la derrota en el pecho. Que esta vida se trata de prueba y error, y entre más disfrutes mucho mejor. Sí hija, la vida no es igual sin un toque amargo.
No temas, puedes volar tan alto como quieras, sueña. Sueña en grande y a lo loco, ¿qué mas da? Sé lo que tú quieras, lo que haga latir tu corazón, ámate, enamórate, cásate, adora tu soledad, lo que se te antoje, a fin de cuentas es tu vida y lo que hagas siempre habrá alguien que quiera criticar.
Pero por favor, prométele a mamá que no te dejarás caer, que cuando tus ojos se inunden de llanto, te sientas con ganas de nada y creas que la vida no vale nada, recuerdes que hay alguien que es feliz si tú lo estás. Y donde quiera que esté tendrá los brazos abiertos para ti, hagas lo hagas y esa es tu mamá”.