Enamorarte requiere que experimentemos poderosos sentimientos de anhelo, que pueden volvernos emocionalmente expuestos y atemorizados.
La palabra “anhelo” transmite la sensación de un intenso deseo de la presencia, la atención y el cuerpo del otro, en este caso, de la persona amada.
Cuando nos encontramos con una persona de la que nos sentimos atraídos físicamente, emocionalmente, intelectualmente o los tres al mismo tiempo, nuestro corazón es fulminantemente flechado y embrujado de amor.
El anhelo y el deseo erosionan nuestra piel psíquica sometiéndonos a resultados inciertos, y posiblemente dolor agonizante. Por ejemplo, nuestro amor, anhelo y deseo pueden no ser recíprocos.
Los impedimentos pueden presentarse, como la distancia, la religión y el estado civil verán a continuación:
Así como los inconvenientes internos de una pareja, como la ambivalencia, la inseguridad y las preocupaciones sobre la intimidad.
No hay garantías de que el amor romántico “funcione”.
¿Por qué nos atemoriza tanto enamorarnos?
La angustia es una amenaza formidable. No es raro que las personas hagan todo lo posible para evitar el tormento de un corazón roto. Por ejemplo, algunos evitan involucrarse demasiado en el aspecto sentimental o permanecen en relaciones informales.
Otros consideran que el amor romántico es tonto, irracional, fugaz, una pérdida de energía o solo para los jóvenes.
Esto es comprensible; la angustia puede ser completamente devastadora. Aún así, nacimos para experimentar el amor y no es fácil escapar, ya que aparece y estamos rodeados de el, se haya omnipresente en películas, canciones, libros, teatro.
A pesar de nuestras medidas de autoprotección, sin embargo, a menudo terminamos deseando desesperadamente a ese alguien al que simplemente no nos podemos resistir.
Es absolutamente aterrador, pero también estimulante, vívido y, desde mi punto de vista, el objetivo de todo.
El amor no siempre es fácil de sentir:
Aunque el amor nos sometes a una inevitable incertidumbre y a un potencial sufrimiento también existe el reconocimiento de que algo asombroso y singular ha llegado a tu vida, y que difícilmente podemos sacar de nuestra mente.
La sensación ingobernable de los sentimientos nos deja sin aliento, confundidos y asustados de lo que podría ser de nosotros.
Es aterrador, pero también te sientes más despierto y con ansias de experimentar toda esta explosión de nuevas emociones que se mueven dentro de ti.
Entonces, ¿debemos evitar el amor?
Ninguno de nosotros quiere perder la autoridad que siente sobre sus propias emociones.
Desde esta perspectiva enamorarse nos puede llevar a la conclusión de que experimentar el amor, es en gran medida irrelevante para muchos aspectos de nuestra vida.
Sin embargo, el miedo, el riesgo y el dolor son parte de la vida, al igual que la alegría, el amor, las casualidades y la trascendencia.
Debemos vivir nuestra viva lo mejor que podamos, abiertos a experimentar todas las cosas, buenas y malas, que nos deje cada experiencia que vivimos, comprendiendo que tener miedo es parte de estar vivo.
El rango más completo de emoción ofrece una vida más plena, y todas las emociones intensas que experimentamos en la vida nos ayudan a crecer y aprender sobre lo que habita en nuestro interior.
Nunca dejes que el miedo te evite experimentar uno de los sentimientos más potentes, deseados y bellos que podrás sentir a lo largo de toda tu vida, ama y vive siempre que puedas.