Puede que ser honesto no te consiga amigos, pero siempre te conseguirá los correctos. John Lennon.
La honestidad es una virtud que se ha ido perdiendo con el paso del tiempo. Así como el concepto del “honor” ya no significa nada, el de la honestidad va desintegrándose de a poco. Si te haces un análisis, verás que las personas que te rodean quizá no sean tan honestas. Pregúntatelo ¿Cuántas personas defienden la verdad? ¿Cuántas de esas son amigos o conocidos tuyos?
Cuando la palabra no se sostiene, las promesas dejan de tener sentido. La verdad y el honor, van de la mano. La capacidad de defender, por dolorosa que sea, una verdad, es una cualidad que merece ser rescatada. Recordemos que la palabra de un hombre o una mujer, es el reflejo de lo que son en realidad, y no por el carácter de dicha palabra, sino por la capacidad de cumplir con ella.
El honor y la honestidad, van siempre de la mano. Quien actúa con honestidad, actúa con honor, y quien actúa con honor, actúa guiado por sus principios morales, los cuales siempre tenderán al bien, a lo correcto y a lo sincero.
Enseñemos a las demás personas por medio de nuestra propia honestidad, la riqueza que supone tener un alma limpia de mentiras. Actuemos siempre tendiendo a la verdad y no seamos la causa de por qué alguien dejó de creer en la palabra de los hombres, seamos mejor, la causa de por qué alguien empezó a creer de nuevo en las promesas.